Como muchos tamaulipecos, he seguido las ya innumerables encuestas sobre los niveles de simpatía que poseen quienes todavía en calidad de aspirantes, intentan en el 2022 atrapar la gubernatura.

¿A cuál creerle?

Es una pregunta muy complicada de responder.

Ninguna de ellas coincide plenamente entre sí y en algunos casos inclusive arrojan resultados antagónicos. La mayor parte ubica a MORENA como la fuerza dominante pero difieren en cuanto a quiénes de sus personajes son los más favorecidos en la tendencia popular.

Un día colocan adelante a Américo Villarreal y al día siguiente quien encabeza las simpatías es Rodolfo González Valderrama cuyo avance es innegable. Sería ocioso manejar al resto porque sus porcentajes por lo menos hasta ahora están alejados visiblemente –incluidas las damas– de los dos punteros mencionados.

Lo mejor es valorar directamente la trayectoria de cada quien. Lo que ha hecho y lo que no pudo o no quiso hacer. Atendamos las encuestas porque no dejan de ser un termómetro social, pero tengamos siempre presente, para no sufrir decepciones, que en esos terrenos la mejor descripción de una elección es la vieja pero siempre vigente frase del dictador soviético Josef Stalin:

“Basta con que la gente sepa que hay una elección. Las personas que emitieron su voto no deciden nada; las personas que cuentan los votos lo deciden todo…”

LA RUTA DEL SACRIFICIO

En parcelas cercanas, Acción Nacional camina con timón encadenado para llegar al puerto de un candidato de unidad, sin duda, la mejor decisión y la que menos heridos azules dejará en el camino, lo que aún no entienden en MORENA.

En ese sentido, la adhesión de Gerardo Peña a las aspiraciones de César Verástegui no requiere dotes de nigromante para ver que es sólo un paso más de un camino elaborado desde hace tiempo.

Es una ruta de sacrificio que el mismo Jesús Nader adelantó en forma prematura al señalar que quienes aspiren a representar al PAN en 2022 se sumarán a quien resulte mejor posicionado, en lo último que debe hacer un aspirante de ese tipo que es reconocer de antemano que puede ser un perdedor.

En este caso el ayer es el presente y también el futuro…

 

LA RECETA DE AMÉRICO

Quien piense que Américo Villarreal ha bajado el ritmo de sus aspiraciones hacia la candidatura de MORENA a la gubernatura, está equivocado.

Por el contrario y aunque no sea visible, lo ha intensificado.

La percepción se deriva de no ver con asiduidad su nombre y actividades en los medios de comunicación, formales o digitales, pero puedo decirle que sucede lo contrario en las cúpulas del poder.

Fiel a su formación médica, Américo ha seguido lo que podríamos llamar una receta, mediante la cual ha aplicado meticulosamente tres pasos básicos.

Para elaborarla, primero conocer el estado del paciente para saber cuál es el problema. Segundo, identificar y administrar el medicamento adecuado para resolverlo.Y tercero, lograr en ese caso clínico el mejor resultado para su salud.

Ha sido lo mismo en el terreno político: El primer paso fue detectar a detalle el pulso del Estado, luego ofrecer las soluciones para sus males. Sólo le queda por obtener el último: Conseguir con lo anterior el éxito del tratamiento.

Los dos primeros le dieron un lugar en la boleta de la encuesta para elegir al abanderado morenista. El tercero, el éxito completo, es precisamente el que está aplicando, el cual requiere amarrar su nombre con los hilos del poder en los círculos de Palacio Nacional. Y vaya que está trabajando en ese terreno.

Se ve poco, se oye poco, pero en las cúpulas se siente. Y mucho…

 

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