A primera vista, la inteligencia, la visión y la determinación podrían pensarse como los factores para que un líder asuma los retos que se le presentan. Sin embargo, hay un aspecto más que determina su efectividad, la manera en la que conecta con sus emociones y las gestiona, la inteligencia emocional. Aunque Daniel Goleman, psicólogo, en las últimas décadas puso énfasis en la inteligencia emocional, en 1920 Edward Thorndike se refería a ella como inteligencia social y Wayne Payne, en 1985, la bautizaría como la conocemos.
La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para reconocer, entender y gestionar nuestras propias emociones, así como la capacidad para reconocer, entender e influir en las emociones de los demás. Se ha concluido que, a los líderes, la inteligencia emocional los ayuda a dirigir mejor. David Mc Clellald, investigador en el comportamiento humano, reconoce que esta capacidad distingue a los líderes sobresalientes y se relaciona con su alto desempeño. Sus fines y objetivos están a la par de los valores universales, morales y éticos, que guían su pensamiento y su comportamiento. Ghandi vs Hitler, por ejemplo.
¿En cuáles elementos se centra la inteligencia emocional y se deben desarrollar?
Autoconciencia: Elemento principal de la Inteligencia Emocional. Significa tener conciencia emocional, conocer tus debilidades, fortalezas, motivaciones y necesidades. Un alto grado de conocimiento de ti mismo te lleva a ser honesto contigo mismo y con los demás.
Autorregulación: Los elementos que la integran son el autocontrol de las emociones, la adaptabilidad, la orientación a los logros, un panorama positivo. La autorregulación es importante porque es la forma en la que controlas tus emociones, los impulsos emocionales, ayuda a la persona a elegir las palabras adecuadas, a reaccionar de forma positiva y a ser razonable.
Conciencia Social: Se compone de la empatía y la conciencia organizacional. Esto tiene que ver con la habilidad para tratar a las personas en función de sus reacciones emocionales. Es la capacidad de entender que están sintiendo los demás en diversas situaciones para actuar conforme a ello.
Gestión de las relaciones: Está organizado por la influencia, el coaching y la mentoría, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo y el inspirar a los demás.
Se dice que el líder que busque sobresalir debe desarrollar un equilibrio entre estas fortalezas y cuando lo logra, obtiene mejores resultados empresariales.
Para saber en qué fortaleza debes trabajar haz una revisión de los elementos de manera consciente y objetiva para determinar cuál de ellas es en la que necesitas trabajar para mejorar.