Un gran problema de México que se agudiza es la falta de inversión. No es posible que la economía crezca de manera sostenible si la inversión no lo hace. INEGI dio a conocer que la inversión bruta fija (inversión productiva), creció en agosto a tasa de 4.6% respecto a agosto 21, pero a pesar del impulso nos encontramos 5.5% por abajo del último trimestre 2018. Es una de las variables que sigue tan rezagada.

El Índice Global de Actividad Económica (IGAE), indicador de actividad económica general, está al nivel de Peña, pero la inversión está más atrás y el consumo privado tiene crecimiento de 4% respecto a Peña Nieto. Hay variables que van hacia arriba. Los dos componentes fundamentales de la inversión son la construcción y la compra de bienes de capital. En lo que se refiere a la compra de maquinaria y equipo, estamos 8% por arriba del cierre de Peña pues las empresas realizan adquisiciones de bienes de capital para mantener su operación productiva. El problema está en la construcción, cuyo registro se encuentra 14% por debajo de Peña. Recuerde que los militares ampliaron su abanico de opciones y son empresa de la construcción.

La adquisición de maquinaria y equipo tiene que ver tanto con la renovación de la base actual. La construcción tiene que ver con la ampliación de las actuales plantas e instalación de nuevas. El comportamiento contrastante en las estadísticas del INEGI implica que quienes están instalados en México siguen invirtiendo, pero que hay problema en nuevas instalaciones. Se desea que este comportamiento mejore en el curso de 2023 meses en medida que se aprecie el impacto de la relocalización industrial (nearshoring), que veamos que la inversión en construcción crezca y que a la par la inversión en la compra de maquinaria y equipo se acelere. En la construcción es diferente lo que pasa. La construcción residencial va en picada y los parques industriales van para arriba.

En el semestre 2022 la inversión extranjera total fue 27 mil millones de dólares. Si llega a replicarse este volumen da 54 mil millones de dólares al año, un récord en la historia del país. Con este empuje, el comportamiento de la inversión privada podría estar en el primer semestre del próximo por arriba de los niveles previos a la pandemia y cerca del nivel máximo que se alcanzó en el primer semestre 2018. No así la construcción, que es la variable crítica para identificar la recuperación de la economía.

Algunos directivos de empresas trasnacionales señalan que a México le va a ir bien en materia económica, lo que tendrá importantes repercusiones políticas en 2024. Lo mejor a esperar es que mejore la economía del ciudadano, no la del gobierno y de los gobernantes.