¿Que estoy detenido? De acuerdo, la última vez tardé tan poco en salir  que mi sopa todavía estaba caliente cuando llegué a casa…”

De la serie de televisión “Los Soprano”

No conozco hasta ahora personalmente a alguien que abiertamente rechace al imperio de la ley. Sé de algunos casos, pero sólo los he visto a distancia. Y hasta salen en televisión.

En forma coincidente con quienes apuestan por el Estado de Derecho, me uno al coro que aprueba e impulsa el castigo para quienes en el ejercicio de un puesto público abusen de sus facultades legales y saqueen al presupuesto, sin importar el orden del mismo.

Bienvenidas las sanciones para esos delincuentes, bienvenido el freno a la impunidad y bienvenidas las denuncias que les hagan pagar por sus tropelías. Agrego mi modesto apoyo al combate contra la corrupción.

Por lo anterior, aplaudo la postura del actual gobierno estatal de exhibir las incursiones punitivas en el erario tamaulipeco, perpetradas por los funcionarios del gobierno panista concluido apenas unos meses atrás. Como dicen en la lucha libre, a darles hasta con la cubeta.

Pero, siempre hay un “pero”. Y en este caso específico, dos.

El primero es que lo más probable es que la mayoría de esos malos ex servidores públicos no conozcan una celda. Suman miles sus irregularidades, pero a más de seis meses de iniciarse las investigaciones sobre las mismas, ni la Contraloría, ni la Asesoría Jurídica y mucho menos la Fiscalía –cuya parcialidad hacia Cabeza de Vaca es muy evidente– han logrado integrar expedientes como dicen los abogados “sustanciados”, para ejercer acción penal contra los indiciados.

Las probabilidades de lograr lo anterior de acuerdo al estado de los procesos son hasta el momento frágiles, escenario que abona a la vieja frase que asienta que a los señalados los pueden acusar de ladrones, pero no de tontos.

El segundo “pero” no camina en el entarimado penal, sino en el político.

Casi a punto de concluir las comparecencias de los secretarios del gabinete, la media discursiva se ha polarizado en las denuncias, acusaciones y exhibición de errores cometidos por quienes colaboraron con Francisco García. Bien hecho sin duda, para que la sociedad ubique a quienes resulten responsables en su perfil delictivo.

Sin embargo, en forma paralela a ese merecido “balconeo”, a quien escribe e imagino que a algunos más, nos hubiera gustado que en el mismo Congreso los secretarios hubieran puesto sobre la mesa con la misma energía los proyectos, programas e inclusive acciones que seguramente ya están en marcha en sus respectivas áreas.

No tengo duda de que el Estado marcha en sus responsabilidades, pero para los legos que apenas nos asomamos a ese cumplimiento es necesario conocerlas y en su caso reconocerlas. Y por qué no: Hasta aplaudirlas.

Tal vez esté en camino una sorpresa o muchas sorpresas y podamos atestiguar a mediano plazo que los infractores de la ley recibirán un castigo, dado que quien escribe no conoce todos los vericuetos judiciales que se llevan a cabo. Ojalá sea así, porque de no suceder eso en lugar de colocar a los presuntos culpables en la picota de la justicia, éstos podrían intentar jugar el papel de víctimas.

Y en ese terreno, los cabecistas conocen muchas mañas…

SALUD, NOTABLE EXCEPCIÓN

En este mismo escenario, debo citar una excepción que por ser prácticamente la única es notable.

Se trata del Secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro, quien en su desglose de actividades ante el Congreso también por motivo del Primer Informe del Gobernador, dio a conocer pormenores de los programas a su cargo y cómo se están aplicando. Fue y es una información valiosa para quienes no tenemos muchas oportunidades de conocer el manejo de esa dependencia tan vital. Nunca mejor aplicado el calificativo de vital.

Fue tan objetivo el doctor Vicente Joel, que diputadas y diputados de la bancada de Acción Nacional le agradecieron públicamente su exposición y mesura, en gran parte alejada de la política, pero sin dejar de exponer las carencias, rezagos y omisiones que dejó la anterior titular, Gloria Molina.

Se puede cumplir en las dos vías, claro que se puede. Y el Secretario de Salud ya lo demostró.

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