De todo hay en la Viña del Señor, reza una vieja y certera frase de la sabiduría popular.

Me vienen a la memoria esas palabras por las declaraciones recién vertidas por el dirigente del Partido de la Revolución Democrática en Tamaulipas, Jorge Valdez, también ex candidato de ese instituto a la gubernatura del Estado en el proceso electoral de 2016.

Oír para creer.

Tal vez usted recuerde los debates públicos en televisión abierta que en su momento llevaron a cabo los aspirantes a ser inquilinos del Palacio de Gobierno. Valdez fue uno de los que más destacaron, no por sus habilidades discursivas o por la brillantez de sus ponencias y proyectos, sino por la virulencia casi obscena de sus señalamientos en contra de sus opositores. Daba risa escucharlo, quizás para no soltar el llanto ante las barbaridades que soltaba en forma alegre y despreocupada.

Hoy, como si fuera efecto de un movimiento de la varita mágica de Harry Potter, ese pasado desapareció. Por lo menos en la mente y boca de don Jorge.

Citaré en este espacio sólo una parte, para no ser acusado de sádico, de lo referido apenas ayer por el líder perredista:

“Vamos en alianza demostrando que la izquierda y la derecha si se llevan, igual que el agua y el aceite”.

Y más aún:

“De este tipo de mezclas sale una flor de esperanza”.

Uff…

Si este es el tipo de esperanzas que puede mover a los mexicanos a votar en el 2018 por la extraña, absurda alianza de Acción Nacional con el PRD, estamos fritos como país. Con razón López Obrador sigue ganando terreno para tomar el mando de Los Pinos.

Imagínese a más personajes como el señor Valdez –muy respetable como persona o empresario pero totalmente repudiable como político– en otras latitudes de México. Imagínese si suman docenas o centenas.

A veces, lo confieso, me dan ganas de no ir a votar…

EL DEFENSOR

El drama de la española María del Pilar Garrido ha sido sin interrupción, en el intento de esclarecer su desaparición y muerte, un dolor de cabeza para la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Y hoy, la fiscalía estatal añade otra jaqueca a ese caso. Tiene nombre y apellidos: Martín Lozano Méndez, abogado defensor del esposo de la víctima

Tal vez a la mayoría nos suene desconocida la identidad del litigante, pero a la PGJ le quita el sueño.

¿Por qué?

Porque teme un veredicto negativo en la acusación formulada sobre el cónyuge mencionado, como posible responsable del destino fatal de la española.

El defensor es el mismo que logró la liberación del empleado estatal acusado de golpear a un menor discapacitado, un caso que es sólo la punta del iceberg en los casos ganados por el primero a las instancias penales locales desde hace varios años. En cifras, el 99 por ciento de los litigios en ese terreno los ha ganado Lozano.

Hasta dónde haya sustentado la Procuraduría la averiguación contra el esposo de Pilar no lo sé, pero lo que sí es evidente es el nerviosismo que priva en el ámbito de la dependencia ante su contrincante jurídico, cuya currícula no la tiene ni uno de los integrantes de la misma.

Y para colmo, las familias de la española y del acusado le están echando montón a la fiscalía. El final de todo esto parece todavía muy nebuloso…

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