El conflicto entre Maki Ortiz y Morena por los resultados en la elección interna que favorecieron a Américo Villarreal Anaya se resolvió por el conducto debido, que es el político y no el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ni la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido, no porque este organismo carezca de facultades, sino porque la etapa en que se encuentra el proceso electoral de 2022 reclama la participación del grupo Reynosa que conforman la dos veces ex alcaldesa y su hijo el actual Presidente Municipal, Carlos Peña Ortiz.

Lo peligroso de la reacción de Maki, no era tanto que negara apoyo al candidato de Morena, sino que actuara contracorriente, lo cual no se le hubiera dificultado, no sería la primera vez que cambia de caballo a mitad del río.

¿Qué le habrá ofrecido el Delegado del Comité Ejecutivo Nacional de Morena? Ignoramos en qué términos se dieron las negociaciones pero por lo pronto Luis Ernesto Palacios Cordero, logró lo que corresponde a su papel de representante del partido en Tamaulipas, y en aras de facilitarle el camino al candidato AVA.

No nos podemos imaginar a Morena sin el activismo de la estructura de Maki a favor de su candidato, estaría caminando por el delgado hilo de una posible derrota.

La cuestión es que Maki irá en unidad con Morena de acuerdo a las declaraciones del delegado Palacios, quien fue abordado por la prensa en el acto de entrega del convenio de coalición de Morena con los partidos del Trabajo y el Verde Ecologista de México.

En esa ocasión Ernesto Palacios dijo lo siguiente: “Hablé con ellos (se refiere a Maki y a su hijo el alcalde de Reynosa), el compromiso es con la Cuarta Transformación, así me lo hicieron saber y por el diálogo político vamos a caminar en unidad. Hay buen diálogo y vamos a salir en unidad, estamos caminando bien, confiamos en nuestra compañera y compañero, porque tenemos liderazgos y luchar por la transformación y entre todos vamos a lograr el triunfo”.

Esto es un buen comienzo de año para Morena en Tamaulipas y para su candidato Américo Villarreal Anaya, pero no deben confiarse porque Maki puede cambiar de aliados y de proyecto, no sería la primera vez que lo hace.

Por lo pronto,  enhorabuena, comencemos el 2022 con el mejor de los ánimos, con la suerte echada para adelante y lo deseamos no sólo a los políticos, sino a los lectores de El Mercurio y a todos en general. Que sea un Año pródigo en bienestar, salud, amor en el entorno familiar y de convivencia social.

 EL HORNO NO ESTÁ PARA BOLLOS

Si tomamos en cuenta que en terrenos morenistas hay guerras internas que reclaman una operación rápida e inteligente en cuando menos dos estados donde no se aceptan los resultados de la elección interna de candidato a gobernador, el arreglo con Maki es afortunado.

Tan sólo el primer lunes del año el senador, José Ramón Enríquez, amenaza con encabezar una caravana partiendo de Gómez Palacios rumbo a la capital para protestar ante el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, porque  no está dispuesto a aceptar que le entreguen la candidatura a la gubernatura de Durango  a Marina Vitela, quien no ganó ninguna de las encuestas.

La designación que es promovida por Mario Delgado Carrillo es por cuestiones de género.

El Senador asegura que él ganó las cuatro encuestas realizadas por Morena, y literalmente dijo “A ver quién amarra el tigre”, emulando la frase que alguna vez pronunciara Andrés Manuel López Obrador en su lucha por la Presidencia.

La cuestión es que las acusaciones van claro y directo contra Mario Delgado por la designación a favor de la dama y en base a la política de equidad con la que se comprometió Morena.

José Ramón Enríquez, senador por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), condenó la selección del perfil para la candidatura a gubernatura en Durango y amenaza ir con todo, si no respetan los resultados de las encuestas.

Todo tiene arreglo, pero mientras son peras o manzanas hay una amenaza de desbordar el malestar social.

Que el Delegado en Tamaulipas, Ernesto Palacios, le pase la receta a Otniel García Navarro, Delegado de Morena en Durango con funciones de presidente estatal del partido para desactivar el movimiento Enríquez en Durango.         

HUMO BLANCO EN ALIANZA PAN-PRI-PRD

En la alianza PAN-PRI-PRD no todo está escrito, si bien el caso de Hidalgo no parece tener vuelta de hoja, en Tamaulipas pese a que el PAN presenta mayor fortaleza que el PRI en el estado, en las negociaciones del 27 de diciembre, se manejó la versión de que en nuestra entidad el candidato sería del PRI, por lo menos así lo difundió Radio Fórmula.

Mientras que Edgardo Melhem, presidente estatal del mismo instituto político, reconoció que el PAN por su representatividad podría ser el que designe a uno de los suyos. Pero la moneda está en el aire.

La realidad es que con la excepción de Hidalgo los cinco estados  restantes aún no se definen, pero es probable que este lunes 3 salga humo blanco. Existe un avance de acuerdos en tres entidades, y lo demás tendrá que pasar por el terreno de las negociaciones, ceder uno y otro partido en aras de cerrar el círculo en la totalidad del escenario.

El caso de Hidalgo deja claro que Alito Moreno Cárdenas, rectificó de sus inclinaciones morenistas, similares a las de Omar Fayad, tanto así que despertó la ira del gobernador hidalguense porque no le permitió meter mano en la designación del candidato(a) que sería un elemento “facilito” para el partido guinda. Pero no todo está escrito, porque cualquier mandatario estatal tiene los recursos suficientes para “operar” a favor del candidato que prefiera.

En Hidalgo puede repetirse un caso similar al que protagonizó en Tamaulipas Egidio Torre Cantú, en detrimento del proyecto de Baltazar Hinojosa.

Eso de que Hidalgo es gobernado por el PRI es una fantasía, porque Fayad entregó a Morena, diputaciones federales y estatales. Los municipios no pudo cederlos porque existe una gran pluralidad en esa entidad donde los 84 municipios están distribuidos entre 10 partidos, además de un independiente y el Tricolor gobierna en el 44 % del número de municipios, pero no de su población, porque la mayoría bajo su mandato tienen pocos habitantes.  

Efectivamente el PRI es gobierno en la mayor parte de los ayuntamientos con 37 de los 84; mientras que Morena tiene sólo 7, aunque sumando a sus aliados PT 3 y la alianza Juntos Haremos Historia con 5, en total suman 15, esa es la fuerza total del Partido guinda y aliados.

El PRD tiene 7 y otros 6 en alianza con el PAN; Acción Nacional gobierna en otros 5; El Verde con el PT y Encuentro Social tienen otros 5 municipios, además este último partido ondea su bandera en otros 5. La cuestión es que Hidalgo es un mosaico multicolor en corrientes políticas.

El PRI de Fayad se reduce a los ya mencionados 37 municipios y a ocho diputados locales de 30 que conforman el Congreso de Hidalgo, es decir tiene el 26 % de la representación legislativa, casi la cuarta parte; mientras que Morena tiene 9 curules y con sus aliados del PT 4 y dos del Verde, lo que hace un bloque de 15, es decir el 50 % de los legisladores, los restantes seis están distribuidos entre el PAN y Nueva Alianza.

De tal manera que ya desde ahora Hidalgo está más cerca del morenismo que del priismo, se considera que es un estado Tricolor porque Omar Fayad que cobra como gobernador llegó bajo las siglas del PRI, pero hoy está muy lejos del que ha sido su partido, y más cerca del color guinda.