Las opiniones corren en tropel en Tamaulipas.

Algunas son desordenadas y casi incoherentes, basadas más en buenos o malos deseos que en el conocimiento del terreno. Otras con sustento evidente y arropadas por el sentido común, con cierta dosis de orientación.

Pero todas poseen un común denominador: Son especulaciones.

Me refiero a los pronósticos sobre el desempeño y desde luego el resultado, de los dos procesos electorales que se llevarán a cabo en el año entrante. Uno local con la renovación o reelección en las alcaldías y otro de nivel federal, con la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión –diputados y senadores– como protagonistas.

¿Quién puede aventurar un anticipo realista de lo que sucederá antes, durante y después de esas votaciones?

Para no quedar mal con ninguna de las dos fuerzas, sólo lo pueden saber Dios o el Diablo.

Ciertamente es de necios tratar de asomarse al futuro con algo más que experiencias o cotilleos, pero esa falta de certeza en el mañana no parece restar ánimos a quienes en nuestro Estado tratan de jugarle las contras al destino y como se asienta en un poema del inmortal Amado Nervo, intentan ser los arquitectos del mismo, pero en el terreno electoral.

Seré más preciso. El protagonista al que aludo es el Partido Acción Nacional, cuyos estrategas, conforme a versiones emanadas del propio instituto político, desde hace unos meses han echado a andar en Tamaulipas un plan para adelantarse a sus circunstanciales adversarios en la lucha por las presidencias municipales.

En apego a la verdad no es nueva la táctica, pero sí muy productiva: convencer a los enemigos de unirse a las huestes azules. Y desde luego, los rivales son los ediles de cuna tricolor.

Quienes comentan esa especie, aseguran que ya existe un avance sustancial para alcanzar ese objetivo. Hablan de más de diez alcaldes priístas que “han entrado en razón” y ya establecieron un compromiso con sus inéditos aliados.

La “receta” a aplicar en ese acuerdo, como la cuentan, es sencilla y descansa en la lógica aritmética de sumar dos más dos, que en este caso son los votos de tres colores con los de tono azul. De esa manera, según se dice, el panismo confía no sólo en retener las alcaldías ya en su poder, sino agregar las pocas que quedaron bajo control del PRI.

¿Podría tener éxito esa estrategia en el 2018?

Voy a pensar, en un ejercicio de mi calenturienta imaginación, que es cierta la versión y que los participantes lograran concretar esa operación, con lo cual en el proceso electoral todo parecería ser para Acción Nacional como asientan los hijos de la madre patria, miel sobre hojuelas.

Pero en los hechos esa garantía no existe. Varios de los presidentes municipales emanados del PRI ya perdieron casi o toda su credibilidad hasta llegar a convertirse en un lastre para el Revolucionario Institucional. A sólo un año de su encomienda han cometido no sólo omisiones severas de sus obligaciones, sino que ya han “enseñado el cobre” en lo que a manoteo de recursos se refiere. Si esos pasivos los incorpora el PAN a sus supuestas ventajas parece destinado a sufrir una penosa decepción en lo que a suma de votos se refiere.

Como todos sabemos, la ciencia reina de la lógica es la aritmética o su hermana mayor, matemáticas, pero como también todos sabemos, lo exacto no tiene nada que ver con la política, con lo cual otra verdad surge:

En ocasiones, la lógica falla…

POCO PERO BIEN USADO

Si transita usted a pie o conduciendo en las calles de Victoria, tal vez haya sido testigo de una innovación en el llamado “bacheo” de las mismas. Ahora, en varias arterias importantes ha sido reemplazado por lo que casi se puede llamar recarpeteo.

Se trata de un equipo especializado para esa labor, conseguido por el Ayuntamiento que encabeza Oscar Almaraz. Ciertamente hay poco dinero en ese Cabildo, pero queda claro que bien utilizado…

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