“El derecho de voto es un derecho que nada ni nadie puede quitar a los ciudadanos”…

Jean Jacques Rousseau

Alguna vez fue en México el rey de las campañas electorales.

Me refiero al llamado voto corporativo, que se cimentaba en los sindicatos y organismos derivados de esas centrales laborales, cuyos dirigentes comprometían a sus anchas y sin tolerar discrepancias, su apoyo al entonces imbatible Partido Revolucionario Institucional.

En este escenario, para los líderes de esos organismos las campañas eran auténticos cuernos de la abundancia, gracias al control sobre sus agremiados, a quienes obligaban bajo amenazas de perder el empleo e inclusive a entregar en forma anticipada su voto en favor de quien patrocinara el antaño invencible, así fuera Juan de las Cuerdas o Chucha la de las Arracadas.

Por generaciones esos mandamases obreros medraron a placer en las urnas tanto locales como federales y aunque hoy son sólo malos recuerdos, parece que hay quienes tratan de mantener ese status quo.

Tamaulipas no es la excepción, como lo demuestra Arnulfo Rodríguez Treviño, Secretario General del SNTE en la Entidad, quien dio a conocer ayer públicamente que los alrededor de 50 mil trabajadores de la educación en el Estado ya tienen la instrucción de votar por Claudia Scheinbaum.

Palabras más o palabras menos, sustentó su aserto en una frase polémica: “Yo soy el Sindicato”.

No es extraño en Arnulfo, genio y figura hasta la sepultura como dice la voz popular, pero la duda surge natural.

¿Tiene Rodríguez Treviño los tamaños políticos y los alcances gremiales para lanzar al viento semejante bravata?

Hay una manera de intentar una respuesta.

Se puede recurrir al escenario en que éste arribó a la dirigencia de la Sección 30, objetivo que por la división interna estuvo a punto de no alcanzar y que dejó a ese sindicato partido en varios pedazos, lo que se hizo evidente en el paro magisterial que encabezó. Ese antecedente basta para dar la impresión de que Arnulfo tiene el mando oficial de esa central, pero que se encuentra bastante alejado del control absoluto que presume.

En este escenario, la reflexión obligada para quien escribe va más allá de Arnulfo Rodríguez y su pintoresco anuncio.

La verdad es que pensar que los 50 mil trabajadores de la enseñanza en Tamaulipas piensan igual o que le deben obediencia a su dirigente como para someterse a una orden como la antes mencionada, es una soberana estulticia. Como solía decir Felipe Calderón, en mi tierra se le dice de otra manera, pero no puedo manejarla en este espacio.

Claudia Sheinbaum cometería un error en contabilizar en forma anticipada una votación de esa naturaleza a su favor, como lo comete Arnulfo en ofrecerla. Si un sindicato es multiplural en México es el docente, saturado de posturas políticas no sólo diferentes, sino en muchísimos casos radicalmente opuestas.

En este caso como en otros similares, el voto corporativo es en el presente prácticamente igual que aquella frase popular que asienta que la vía pública, el aire y el petróleo, es de todos.

Y ya se sabe: Lo que es de todos, es de nadie…

GOLIZA A ABOGADOS DE GOBIERNO

Es justa y oportuna la denuncia del diputado Eliphaleth Gómez Lozano sobre el fracaso de los procesos penales seguidos contra funcionarios que laboraron con el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.

En una ojeada a ese terreno, el saldo hasta ahora es, en términos futboleros, una goliza de los ex colaboradores cabecistas contra los abogados del Estado. De 59 carpetas de investigación sólo una ha sido judicializada, como lo confirma el legislador.

La pregunta es: ¿La causa es negligencia de la Fiscalía o es incapacidad de los asesores jurídicos del Gobierno?. Se los dejo de tarea…

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