Lo mejor de la vida, es sembrar la semilla del amor, hunde tus manos en la tierra, dirige tu mirada al cielo y pide con todo tu corazón, que Aquel que todo lo puede, fertilice con su bendición, las obras que habrás de realizar.
Lo mejor de la vida, no es la intensión de querer cambiar para mejorar, sino mejorar para cambiar, y para que ese buen afán progrese, dirige tu mirada a tu interior y pregúntale a tu corazón, si puedes contar con él.
Lo mejor de la vida está siempre contigo, sólo tienes que amar para sentir cómo el amor que recibes al dar, regresa a ti para hacer florecer todo cuanto podrías desear.
Lo mejor de la vida, es dejar de pensar que el mundo conspira contra ti, porque si así fuera ya no estarías aquí, deja pues de creer en aquello que te causa malestar y le hace tanto mal a tu mente, sigue de frente y ya no le des cabida a tanta toxicidad que en el entorno está presente.
Lo mejor de la vida, es dejar salir toda esa alegría que has guardado por tanto tiempo, pensando que ésta podría ofender a quien tiene mal genio porque su amargura destila; date pues un premio, porque bien lo mereces, nunca dejes de brillar, porque se brilla cuando la pureza se filtra a través de un alma buena.
Lo mejor de la vida eres tú, porque el mismo Dios que creó la tierra, te puso al frente de tan gloriosa herencia, para que pudieras sembrar siempre la semilla del amor, porque el Señor confía en ti como fecunda vid, para que des abundante fruto hasta ganarte la vida eterna.
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