“La confianza produce muchas veces la lealtad”…
Séneca
Semicalmadas las aguas –no sé por cuanto tiempo– que por unos días se volvieron turbulentas en la actual administración pública estatal, ante los relevos en posiciones de primer nivel y sus posibles secuelas, es tiempo de intentar entender el fondo de los movimientos realizados hasta ahora por el gobernador Américo Villarreal Anaya en su gabinete.
Por el momento, me quedo sólo con dos casos: Los aplicados en las secretarías de Finanzas y de Administración, en donde el fondo en esta ocasión es más importante que la forma.
Al margen de elucubraciones calenturientas sobre los motivos de los ajustes, un saldo queda como realidad inobjetable: La figura de “superstar” que Jesús Lavín Verástegui adquirió.
Si alguien piensa que los cambios mencionados son fruto sólo de vaivenes políticos o de naturaleza ajena al servicio público, en la opinión de su servidor se queda corto y no le hace justicia a una estrategia que parece operar desde el arranque del presente sexenio.
Permítame echar a retozar la imaginación y por consecuencia, la percepción personal.
Al iniciar el mandato neoamericanista, se advertía que la prioridad era la reorganización operativa del mismo. En otras palabras, eliminar el desaseo administrativo que dejó la gestión de Cabeza de Vaca y su manoteo en asignación de contratos, adjudicaciones a proveedores y acuerdos “en lo oscurito” que tanto daño patrimonial le provocaron en la etapa panista al erario tamaulipeco.
Para el gobernador nadie había con mayor confianza para hacer ese trabajo que Lavín Verástegui, quien, hay que aceptarlo, cumplió a rajatabla con la tarea y alejó el “sospechosismo” en ese rubro.
La segunda parte del plan en los albores del tercer año, hoy se hace evidente. Una vez sentadas las bases operativas, es necesario cerrar el paso al mal uso del presupuesto, rubro en el que Adriana Lozano hizo un buen papel, pero sin la mano de hierro que hoy y en lo subsecuente se hace indispensable para la siguiente fase de este gobierno: La batalla contra las “manos largas”, para defender y asegurar los proyectos y programas básicos de desarrollo que impulsa Américo Villarreal.
Y otra vez queda claro que en la visión del mandatario, para esa encomienda el mejor preparado en su equipo es Jesús, quien al ser nombrado Secretario de Finanzas confirmó las directrices emanadas del tercer piso en el 15 Juárez. Es evidente así, que en términos de confianza no hay quien pueda competir con el nuevo responsable de los recursos estatales, ante el Jefe del Ejecutivo.
Pero no se apaniquen con el ahora “superstar” tamaulipeco quienes desde hoy sueñan con ser incluidos en la todavía lejana sucesión e inicien un precoz tiroteo contra Jesús, quien es un excelente administrador, pero hasta donde sé, la política nunca ha sido su mayor pasión.
El tiempo lo dirá…
CONGRESO ‘MAÑANERO’
A falta de acciones, palabras, parece ser el lema escondido del Congreso del Estado, cuyos integrantes sacaron a la luz una nueva ocurrencia: Ofrecer conferencias “mañaneras” a la prensa, para informar de sus actividades.
Es una idea que en realidad obedece únicamente al clásico “quedar bien” –no con el Estado, sino con el gobierno federal– porque si de algo padecen diputadas y diputados locales es de una irrefrenable verborrea para tratar de acaparar micrófonos, cámaras y reflectores.
¿O será que quieren amordazarlos para que no abran la boca de más?…
X: @LABERINTOS_HOY