Es probable que algunas de las actividades profesionales actuales dentro de aproximadamente veinte años desaparecerán, todo indica que el mundo esta cambiando de forma veloz y claramente nos muestra la necesidad de renovar la estructura profesional con la disponibilidad de nuevas carreras. Sin embargo, ante toda esta planeación laboral a nuestro alcance es evidente que nos esta faltando un ingrediente básico para continuar con nuestro recorrido existencial.

Por lo tanto y sin entrar en la parte social, económica y política piezas elementales en el desarrollo de las sociedades actuales, estamos sin lugar a duda transitando por una etapa de grandes avances en todos los ámbitos. Pero, apuntando el tema laboral y preguntándonos, sobre cuáles serían las áreas de trabajo que en el futuro tendrán mayor demanda, expertos analistas nos orientan en varios caminos a elegir.

Pues bien, una de las carreras que tendrán mayor poder en el futuro según expertos en el tema, y estoy totalmente de acuerdo, es la robótica; por supuesto, enfocada a muchas áreas, pero aún más al aspecto médico en la mejora de procedimientos quirúrgicos, la exploración espacial de otros mundos, la fabricación de autos, la instalación en empresas dirigidas a la construcción, elaboración de alimentos, y otros más.

También tenemos las actividades dirigidas a los especialistas en sostenibilidad ambiental, donde tendremos que tomar el ejemplo de países como Alemania y Canadá que ya se han convertido en conocedores avanzados de la energía solar; así como la elaboración de proyectos estratégicos encaminados a la disminución de emisiones contaminantes.

De igual manera, la inteligencia artificial al estar instalada en todo tipo de negocios necesitará la contratación de profesionales en física, informática o telecomunicaciones, programadores de sistemas complicados capaces de resolver problemas, responder preguntas y concluir tareas que habitualmente lleven a cabo los humanos, los cuales serán llamados “científicos dedicados a la inteligencia artificial”.

En el mismo orden de ideas, existirán los llamados “asistentes de la salud”, son aquellos que, debido al aumento exagerado de la población adulta mayores de 65 años, no será suficiente para estos haber alcanzado el título en enfermería, psicología, nutrición, consejería médica, entrenamiento físico, sino también deberán saber sobre medicina robótica, fabricación de medicamentos personalizados basados en la genética, entre otros.

Igualmente, por lo que se refiere al “Dataismo”, la cantidad desmedida de datos que manejan empresas privadas e instituciones gubernamentales donde será indispensable la contratación de conocedores en seguridad y resguardo digital, canalización de datos electrónicos, estadísticas, preferencias de toda índole incluyendo las políticas, finanzas tecnológicas, satisfacción de clientes, entre otros. La transformación digital y la simplificación administrativa, será una herramienta indispensable, para todas las instituciones ya sea públicas o privadas.

 Ahora bien, para los futuros profesionistas y tomando en consideración las predicciones de los analistas sobre las actividades laborales que tendrán mayor influencia en el futuro, me atrevo a complementar dicho proceso con el ingrediente fundamental y que la mayoría pasa por alto y es en el sentido de “la formación del carácter”, el que constituye un elemento esencial que deberá de prepararnos para adaptarnos a cualquier eventualidad que pudiera presentarse en nuestro entorno.

En algún momento pensamos que lo sabíamos todo, ahora, debemos reconocer que no lo sabemos todo, hay muchas cosas que aprender por lo que es necesario abrir nuestro razonamiento, y pensar en la posibilidad de que el mundo podría cambiar en cualquier momento, y para esto necesitamos estar preparados y forjar nuestro carácter. La forma en que la humanidad ha logrado evolucionar hasta lo que ahora somos, no solo fue a través de nuestra perfección genética, la selección natural expuesta en la teoría de Carlos Darwin (1809-1882), sino también en la mejora del carácter.

Ya lo refería Heráclito (535 a. C. – 470 a. C.)  “carácter es destino”.