Son comunes en la política.

Son una especie de facturas virtuales que se cobran o se tratan de hacer efectivas a cambio de otorgar un favor en ocasiones, o de sacrificar una posición esperaday no alcanzada en algún puesto de la administración pública o en algún proceso electoral.

Les llaman premios de consolación. Y es precisamente el tema electoral el que hoy ocupa estas líneas.

La aparente protagonista de una cercana vivencia de esa naturaleza es Maki Ortiz Domínguez, ex alcaldesa de Reynosa y frustrada –muy frustrada– aspirante a la candidatura de MORENA a la gubernatura de Tamaulipas.

Tras no ser la agraciada en las encuestas para definir al representante de Regeneración Nacional en los comicios de este año y después de otro inútil intento de socavar en los tribunales la definición de esas consultas, hay quienes afirman que la dama puso en marcha otra estrategia de primer nivel, que al día de hoy le ha resultado otro fracaso: Vender caro su sometimiento público a esa decisión.

Con esa postura como nueva bandera, Maki parece haber puesto sobre la mesa ante MORENA varias cartas para demostrar hacia afuera su circunstancial cariño” a la camiseta guinda. Todas las opciones, aseguran, enfocadas a obtener una delegación del gobierno federal.

De acuerdo a integrantes de su círculo cercano, una de esas cartas es para la ex presidente municipal, la más brillante joya de la corona:

La Delegación en Tamaulipas del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Bajo el argumento de su formación profesional médica, la ex panista ha luchado a brazo partido desde principios de este año en las altas esferas tanto de la dirigencia nacional morenista, del Senado y del propio Palacio Nacional, con resultados para ella decepcionantes hasta ahora.

¿Por qué busca Maki con tanta vehemencia ese puesto?

Siempre conforme a las versiones de sus allegados, una posible respuesta de buena fe sería que dada su profesión, la ahora partidaria de la 4T cunpliría el perfil adecuado para esa responsabilidad, pese a que desde hace muchos años sólo ha visto un consultorio médico desde la calle.

La otra explicación probable, imposible desestimarla, es el jugoso gasto que el IMSS ejerce en esta región, que al año se acerca a los 3 mil millones de pesos. uno de los presupuestos más atractivos para un eventual funcionario que no se deje perturbar por molestas cargas de conciencia.

No sé si Maki podría doblar la animadversión de Mario Delgado, líder nacional de MORENA y salvar el escozor que en muchos militantes de ese organismo provoca su irrupción en esa casa política, para concretar el propósito por el cual sigue obsesionada, montada en una propuesta nada despreciable si fuera cierta, de aportar por lo menos 200 mil votos en esa zona fronteriza para ese partido rumbo a la conquista de la silla principal del 15 Juárez en Ciiudad Victoria. Todo es posible en este mundo.

Lo que sí queda claro es la fijación de la ex alcaldesa por conservar aunque sea una dosis de poder y su apego al manejo de instituciones con amplios márgenes financieros. Lo que se ve no se juzga.

Así, Maki es hoy una muestra palpable de una añeja frase popular:

Hay que aprender a obtener pequeñas ganancias de las grandes pérdidas…

LA FRASE DEL DÍA

Las causas perdidas son las únicas por las que vale la pena luchar…”

De la película “Caballero sin espada

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