No todo es COVID-19, pero si nada más estamos pensando en ello, porque desayunamos, comemos y cenamos el mismo platillo, hasta con los ojos cerrados podemos asumir que toda fiebre, todo dolor, toda falta de respiración es COVID-19. La mayoría de los ciudadanos así lo conciben, pero lo más preocupante es que muchos colegas también lo presumen, y estaremos entonces descuidando un sinfín de patologías que antes de la pandemia eran el motivo frecuente de la consulta; de hecho, seguramente algunos médicos, ante la duda, prefieren enviar a sus pacientes a practicarse pruebas para descartar la presencia del virus SRAS-CoV 2.

Es comprensible que la consulta normal a la cual estamos acostumbrados, por necesidad y temor, ha sido modificada; el hecho de contar con filtros para identificar pacientes con síntomas que los clasifiquen como casos sospechosos, ayuda para evitar contactos estrechos con el personal de salud que está en otras áreas, pero su valor disminuye, cuando estamos frente a un caso asintomático, y en la confianza, se procede a dar la consulta integral acostumbrada; consideración aparte, es que en dichas áreas no se cuenta con el equipo reglamentario para evitar este tipo de contagios. No quiero ni imaginar que algunos de nuestros compañeros no se hayan contagiado en las áreas COVID, sino en su consulta privada, donde no todos siguen los protocolos recomendados, o donde, por su entrega profesional, dan lo mejor para sacar adelante a sus pacientes, y cuando digo lo mejor, es cuando profundizan los procedimientos clínicos o diagnósticos requeridos.

Me permití hablar sobre el tema de no olvidarse de las otras patologías, porque en mi familia, se han presentado algunas como consecuencia del confinamiento, la falta de ejercicio y la exposición a agentes causales de enfermedad; a la fecha, tenemos casos de trastornos de ansiedad, depresivos, gastritis, colitis, enteritis, resfriado común, esguince de tobillo, dengue clásico, tortícolis, lumbalgias, dorsalgias, fascitis plantar, cistitis, litiasis renal, hemorroides, insuficiencia venosa periférica, reflujo gastroesofágico, esofagitis, neuritis periférica, rinitis alérgica, faringitis, amigdalitis, dermatitis de contacto, descomposición metabólica, entre otras.
Tenemos mucha fe en que mejore la condición epidemiológica que hoy enfrentamos y que vino a trastornar nuestra vida social, económica, profesional y política.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com.