En ocasiones pareciera que el río de la inspiración se va secando, y digo pareciera, porque mientras las fuente de agua viva siga fluyendo dentro del corazón de los que no dejamos apagar la vela de la esperanza, para alumbrar el camino, seguirá habiendo un motivo para escribir; pero tal vez el regresar al principio de los sucesos que marcaron mi vida, traiga consigo recuerdos que influyen de manera negativa, en el estado de ánimo inestable como hoy se encuentra, debido al acontecer epidemiológico que ensombrece al mundo.
Yo solía reír más, no importaba cuán cansado estuviera, de hecho, lo que más disfrutaba y disfruto, es poder ver con claridad todo lo que genera felicidad en las familias, y es con la luz del día como mejor se pueden apreciar los gestos de alegría, los movimientos de libertad, los abrazos para atrapar el aire, las miradas de largo alcance, los aromas esenciales que despiertan gratitud y el amable contacto con las personas que amamos. La noche no está mal, encierra su propio encanto, en ocasiones, el cumplimiento de la promesa de poder fundirse con el cuerpo de tu amada, otras veces sólo abrazar la almohada, durmiendo con la esperanza de soñar puras cosas buenas.
No… no puedo dejarme llevar por las emociones tristes, en un momento en el que mi alma reclama alegría, me resisto a seguir escuchando malas noticias, a leer la tristeza de la gente cuando manifiesta su quebranto al perder lo que ama tanto; hoy Dios me ha hablado y en un justo reclamo me dijo: ¿Acaso es esto lo que te prometí? Que vivieras presionándote y lamentándote porque las cosas no son de tu agrado, vamos, levanta esa cara, mira el azul del cielo, en él no hay tormenta, escucha el canto de los pájaros, disfruta el color de la alegría en las flores y el verde de los campos; el planeta sigue aquí, y está mejor que nunca, se está renovando para ti, así como yo espero que tú espíritu se esté renovando para mí. Nadie más que yo puedo secar el manantial de tu inspiración, y aunque en ocasiones te entristezcas, pensando en que pocos son los que entienden lo que escribes, no te preocupes, porque esa tarea te la di para que puedas liberarte de toda influencia negativa que obra sobre ti. Recuerda que cada espíritu tiene su propia tarea y aunque en ocasiones piensan que yo les he mandado un servicio para los demás, eso no es así, porque cada quien está trabajando para sí, aunque no lo parezca, para salvar su alma, para recuperar la perfección con la que los he creado y que poco a poco fueron perdiendo por la ambición de ser más grandes que su creador. Recuerda que nadie va al Padre si no es por mí, porque yo soy el camino, la verdad y la vida.
Señor… ¿Puedo contar esta anécdota? Puedes, si tú así lo quieres, pero recuerda que a muchos les advertí en el pasado, que no hablaran de lo que en sus vidas aconteció al conocerme, el mundo aún no está preparado para saber de prodigios y milagros ¿estás dispuesto a correr el riesgo de que se te llame loco?
Cada quién y su fe.
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