Que la vida es maravillosa, ni quien lo dude, es bella a pesar de todas esas almas perdidas que deambulan e interactúan en las oficinas, haciendo lo que dicen es trabajo, pero, que con su actitud negativa, tratan de hacerle la vida de cuadritos a los que sí trabajan. Si nos apegamos a la misericordia divina, no podríamos culparlos de ser negativos, seguramente tendrán su razón, pero, justificada o no, tienen suficiente capacidad intelectual para mejorar como personas.

Como otras tantas veces, ayer intenté hacer efectivo un pase de salida por 2 horas en mi lugar de trabajo, un concepto considerado como legal y que extiende el departamento de recursos humanos. Como ya es costumbre, no logré mi objetivo de salir a las 13:30 hs., esto, al parecer, por cuestiones de diferencias de criterio o falta del mismo de parte del personal de la recepción, quien se empeña en cuestionar el desempeño del personal médico, en base, a variables ajenas al concepto de calidad del servicio, pues considera sólo los aspectos cuantitativos, sin estimar la eficacia de las acciones; sin duda que también influyen aspectos de empatía, pues da trato preferencial a los colegas con los que tiene una mejor relación.

Es triste ver cómo se han perdido los valores positivos, entre ellos el respeto, si bien, el hecho de que tengas un título profesional de médico no te hace diferente como persona, al menos, dentro de la institución, todos debemos respetarnos, y considerar además, el hecho de que en lo personal no perseguimos ningún privilegio extraordinario al hacer uso de un derecho laboral. Ojala que el director de la unidad establezca una comunicación respetuosa y sincera con el personal, para que no se tergiversen sus indicaciones, en relación a que todos debemos de recibir buen trato, respeto por nuestro trabajo y respeto además por nuestros derechos como personas y como trabajadores.

Agrego por último, que el hecho de que los pacientes también en uso de sus derechos, exigen se les otorgue una atención de calidad, y se respete su dignidad humana; es de considerar, que no todos acuden sólo por una receta médica, que por cierto, se les surte medianamente o de plano, en ocasiones no se les surte.

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