Estar enamorado, es la cosa más maravillosa que nos puede pasar a los seres humanos, sobre todo, cuando el amor es bien correspondido. Por cierto, cuando me llegó el turno de sentir esa revolución de emociones que genera un cambio psicofisiológico de tal magnitud, que te definirá como la persona que habrás de ser toda tu vida, estaba apenas cursando los 15 años de edad.
Antes, había tenido algunos enamoramientos, de esos que producen descargas hormonales, cuya respuesta no logra tener la suficiente fuerza para desatar el temperamento, pero, que desde mi punto de vista, son los que te preparan para reconocer la llegada del verdadero amor.
A mí, el amor me llegó inesperadamente, aunque me agradaban algunas compañeras de la escuela secundaria y del barrio donde habitaba, ninguna lograba atraerme lo suficiente como para quedar prendado.
Recuerdo que todo ocurrió al dar vuelta en una esquina de la calle 19 Zaragoza de nuestra muy querida ciudad Victoria, fue precisamente ahí, donde recibí la luz de la mirada más profunda, sí, aquella que entra por los ojos y te llega hasta el corazón, ocasionándole tal arritmia que podría, de no estar sano el vital órgano, paralizar su ritmo y con ello la vida misma.
En ese momento me convertí en un poeta, porque, después de regresar a la vida, corrí a mi casa y en mi habitación, desesperadamente me puse a escribir lo que sería mi primer poema (1969), al cual titulé “A LA MUJER QUE AMO”: Era el viento tibio de una tarde cualquiera, la piel de mi cara parecía sonrojarse como si tuviera vergüenza, di vuelta en una esquina y con unos ojos me topé ¡Que ojos tan grandes y hermosos me miraron! mil vuelcos dio mi corazón; en ellos vi mi delirio por el amor que hasta entonces conocí, mis pasos se tornaron lentos y mi respiración también, sólo sentí en mi pecho el ritmo de mi loco corazón.
Supe entonces tu nombre ¡oh bella flor! y en mi mente todo pasado se borró, sólo el presente y tu nombre persistía. Llegó mi mano temblorosa a rozar la tuya, y como si existiera una gran fuerza, en un segundo las unió.
Después de esta composición, seguirían muchas otras, producto del verdadero amor, hasta que decidí elaborar mi primer libro de poemas “EVOLUCIÓN POÉTICA” que inicia con el poema anteriormente narrado y finalizo con un poema escrito en el año 2004 que titulé “POR QUE TE AMO” y que a continuación comparto con ustedes mis estimados lectores:
Te amo como sólo yo sé amar, no como antes, porque cada día te amo más, con la intensidad de la primera vez, con todo lo que representa no poder vivir sin ti. Te amo en el día y en la noche, cuando estas cerca y cuando te alejas, cuando estás conmigo, cuando despierto y cuando duermo, cuando escribo y cuando sueño. Te amo cuando estás callada, y tu mirada se eleva al cielo, cuando estas cansada, cuando duermes, cuando sueñas, cuando soy tu fantasía. Te amo porque a pesar del tiempo, nuestro amor es fresco, es tierno, maduro, renovado. ¿Sabes por qué te amo? Porque en nuestro amor existe la confianza de ser por siempre nuevo.
El amor verdadero es eterno, así lo concibo y así lo siento, ¿lo cree o lo siente usted así?
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com