Hace un par de días, platicaba con mi madre sobre el hecho de que existiera muy poca evidencia fotográfica de mi infancia, si acaso, he tenido acceso a 2 fotografías, una que me tomaron aproximadamente a los 2 años de edad, para el pasaporte y otra, aproximadamente a los 4 años, donde me encontraba entre los invitados del primer cumpleaños de mi hermana Aminta; mi madre asegura que existen otras fotografías, pero éstas fueron sustraídas por un familiar que le gusta coleccionar este tipo de recuerdos, en verdad, me gustaría tener acceso a mis fotos de niño, pues cuando llegué a tener cierta madurez, en uno de esos días en que me ponía a meditar, llegué a la conclusión de que tal vez pasé demasiado rápido de la etapa de la niñez a la juventud, tan rápido, que cuando llegué a esa etapa me sentía adulto, pero tal vez esa sólo fue una apreciación psicología y no cronológica, pues me había hecho a la idea, de que así lo había dispuesto el Creador, debido a las difíciles circunstancias por la que atravesaba la familia; el caso es que a falta de fotografías impresas, Dios dispuso que tuviera la capacidad de grabar en mi memoria muchos momentos trascendentes en mi vida, la de mi familia y la de muchas otras personas que interactuaron con mi familia o conmigo.
Recuerdo por ejemplo que de niño buscaba afanosamente tener amigos, pero curiosamente no lo lograba porque era demasiado optimista, alegre y hasta idealista; era de mi agrado concluir todo lo que iniciaba y disfrutaba el hecho de poder hacerlo; otra virtud que aún conservo es la de generar fuertes lazos de amistad con las personas que de forma natural llegan ya sea para complementar su vida o la mía, son seres excepcionales, cuya energía es totalmente empática con la mía y hasta podría pensarse, que son atraídas por que comparten una historia ancestral, algo que nos unió, no el día en que nos conocimos, sino que vivimos mucho tiempo atrás, tanto que nuestra memoria no registra de manera gráfica, pero si molecular.

En lo personal me duele sobremanera se llega a perder la comunicación vía órganos sensoriales, ya sea porque han partido a otra dimensión, o estando en la realidad en que habitamos, se alejan por motivos inciertos o concebidos por otras entidades; más doy testimonio, que la comunicación continúa en el medio espiritual.

Cuando se establece un lazo espiritual, difícilmente se puede perder una amistad, más es de reconocer, que hay espíritus más maduros que otros, de ahí que una entidad inmadura, tardará más tiempo en reencontrarse con la verdad.

Soy un eterno aprendiz de discípulo de Jesús, me falta mucho para alcanzar a entender tantos misterios que rodean a la vida humana.

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