Sí, definitivamente cuando se es niño se es todo un aventurero. Es que el terreno, en aquel entonces (año 1958) era propicio para explorar, y más porque nosotros vivíamos tan cerca de la Compañía Fundidora de Acero y Hierro de Monterrey S.A, tanto, que a mi hermano Antonio y a mí, que contábamos tan sólo con 6 y 5 años de edad, se nos hacía tan fácil salir de excursión, y es que en aquel tiempo todo estaba mucho más tranquilo, las calles no estaban tan congestionadas por el tráfico, así es que no veíamos tanto riesgo en cruzarlas, lo que hacíamos confiadamente hasta llegar a un túnel, probablemente del drenaje de la ciudad, por el cual, en una especie de canalete se deslizaba una corriente de agua que desembocaba tal vez al río Santa Catarina, pero, que a nosotros nos servía de guía para conducirnos a lo que llamábamos el ”tesoro” y que consistía en una serie de rocas que contenían hierro fundido y las cuales depositábamos en unas bolsas para llevarlos de regreso a nuestro hogar; no recuerdo si ya eran varias las escapadas a escondidas de nuestra madre, pero, seguramente, que un día nos echó de menos y salió presurosa a buscarnos, encontrándonos gracias a que preguntó en la casa de un amigo de Toño, de nombre Javier, llevándose una no muy grata sorpresa ya que nuestro aspecto era muy parecido al de los verdaderos mineros, pero a pesar de las amonestaciones físicas y las advertencias, de nuevo acudíamos a aquellos parajes, pero ya no incursionábamos en las inmediaciones de la Fundidora, sino por toda la margen del río hasta encontrar alguna buena charca en la cual nos zambullíamos y después nos dedicábamos a atrapar renacuajos, los cuales trasladábamos en unos frascos de vidrio hasta nuestra casa y los liberábamos en un recipiente mayor para observar día a día la metamorfosis.
¿Cuál preocupación en ese tiempo? Bueno, no para nosotros, pero sí para nuestros padres, porque a pesar de los correctivos nunca perdimos nuestro espíritu aventurero, ¿podría calificarse en aquel tiempo, nuestra conducta como desordenada? o sólo era parte de nuestro instinto primitivo tendiente a conocer nuestro entorno y experimentar experiencias que poco a poco fueran fortaleciendo nuestras destrezas para forjarnos un carácter más seguro y así abrirnos camino en un futuro.
enfoque_sbc@hotmail.com