Hace unos dÃas, me puse a meditar sobre el desgaste fÃsico, consecuencia del paso de los años, de pronto, sentà una inesperada palmada en el hombro que me sacó de mi cavilación, era Sebastián, mi nieto mayor, el cual llegaba a nuestro hogar para pedir apoyo a su abuela para hacer una tarea; antes de llamarla, se detuvo un momento a platicar conmigo y como es su costumbre me saludo con el consabido: _Hola feo, ¿cómo estás?
En esos momentos no me encontraba de ánimo, asà es que no le contesté, pero como Sebastián es insistente, pasó su mano sobre mi cabellera y me despeinó, notando que traÃa el pelo algo largo y comentó: _Oye abuelo, está bien que trates de ahorrar, pero te recuerdo que los peluqueros también comen, ¿a poco te estas dejando el pelo largo para recordar tus viejos tiempos?
Entonces le contesté: _No feo, no es para recordar viejos tiempos, que me he dejado crecer un poco el cabello, porque tu abuela asegura que le gusto con este tipo de corte, disque porque me veo más guapo y que va un poco mejor con mi personalidad, tú sabes, ella realmente me ve como un escritor.
Sebastian movió la cabeza desaprobando el motivo y replicó: _Mira, a mà se me hace que mi abuela te está jugando una mala pasada, si me preguntaras a mà cómo te ves mejor te dirÃa que con tu pelo corto y bien peinado, incluso, si yo fuera tú, hasta me pintarÃa el pelo, por eso de que ya las canas se te notan un buen. _Mira, _le dije _tal vez tú me quieras ver más joven, pero la verdad es que uno tiene que saber llevar bien la edad que tiene, además, tu abuela dice que las canas me hacen ver más interesante, más atractivo.
De nuevo, Sebastián, movió la cabeza en señal de desaprobación, y dijo: _Ay abuelo, de plano no te das cuenta de lo que quiere mi abuela es que te veas más viejo, sólo de esa manera podrÃa estar ella más segura de que no se fije nadie en ti.
Las ocurrencias de mi nieto me hicieron reÃr, pero tratando de que no siguiera especulando sobre mi edad y los sentimientos de su abuela le dije: _Y para qué quisiera yo atraer a otras mujeres, si con tu abuela he llevado toda una vida… Antes de que terminara la frase, Sebastián replicó: _De feliz sumisión, digo de feliz unión.
Fingiendo molestia le contesté: _Ya te casarás tú, sinvergüenza. Pero el muchacho más rápido que el rayo respondió: _Prefiero seguir siendo feo a secas.
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