Ante los tiempos por los que hemos transitado en este año a causa de la crisis sanitaria mundial ocasionada por el surgimiento del coronavirus, nuestro país ha podido enfrentar la pandemia al llevar a cabo una oportuna reacción para cuidar y proteger la salud de los mexicanos.

Previamente, las reformas al artículo 4º constitucional y a la Ley General de Salud le permitieron al gobierno hacer frente al fenómeno y actuar sin dejar de atender con gratuidad en los servicios de salud la problemática de la población, manteniendo su accesibilidad a las unidades de medicina familiar, así como a las distintas instituciones de seguridad social.

La pandemia nos llevó a descubrir el mal estado en el que se encontraba el sistema de salud heredado y confirmó lo que las autoridades sanitarias tenían ya diagnosticado desde el 2019, permitiendo conocer a detalle las deficiencias y carencias, así como su disminuida capacidad de respuesta ante una situación de esta magnitud.

A pesar de las deficiencias de infraestructura, equipamiento, formación de recursos humanos, déficit de abastecimiento de insumos y medicamentos, el Gobierno Federal respondió a las mexicanas y mexicanos garantizándoles el derecho y acceso a la atención en salud.

Una operación inmediata fue bien instrumentada por un gran equipo de expertos conducidos por el Secretario de Salud Jorge Alcocer Varela, y el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo Lopez-Gatell, sumando los esfuerzos realizados por Zoe Robledo Aburto al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como Luis Antonio Ramírez Pineda, en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), y de Juan Antonio Ferrer Aguilar, del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), agregándose la participación de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaria de Marina (SEMAR), quienes en un trabajo conjunto han dado atención a la población en general.

Con una buena planeación se llevó a cabo la compra de medicamentos, el equipamiento hospitalario y la contratación de personal médico donde ningún proceso se detuvo y se ha trabajado con mucha responsabilidad en la lucha en contra de un virus altamente peligroso y letal.

Por otra parte, mediante la implementación de la jornada nacional de sana distancia y una acertada estrategia con un claro mensaje de recomendaciones preventivas dirigido a orientar a la ciudadanía en general, ayudó mucho el resguardo de la población que fue motivada por la ya famosa frase “Quédate en casa”.

Durante esta emergencia no se rebasó la capacidad ni la disponibilidad hospitalaria en camas y ventiladores, logrando atender y dar cobertura a millones de ciudadanos, así como también a quienes no contaban con seguridad social.

Muchas mujeres y muchos hombres profesionales de la salud, han luchado arriesgándose por salvar a otras personas, muchos perdieron la vida en el cumplimiento de su deber por lo que honramos su memoria trabajando de manera intensa para construir el camino hacia un mejor sistema de salud.

Es importante señalar que el Gobierno de México ha participado en los esfuerzos internacionales en la lucha contra el SARS-CoV-2, logrando acuerdos con empresas extranjeras para garantizar que la población mexicana pueda tener oportunamente el acceso a la vacuna contra esta enfermedad.

Al día de hoy, se ha reforzado el servicio de salud al llevar a cabo la contratación de más médicos generales, especialistas, enfermeras y profesionales del ramo.

México ahora presenta signos de mejoría ante un comportamiento general de reducción de la pandemia, teniendo desde hace más de 8 semanas una disminución de la ocupación hospitalaria por Covid-19, al día de hoy inferior al 30% a nivel nacional.

Las políticas erróneas que en el pasado privilegiaron intereses económicos a costa de la salud del pueblo mexicano, no se pueden corregir en tan solo dos años, lo que ha provocado una inercia que la cuarta transformación enfrenta y lucha por corregir.

Por ello se deberán estudiar las experiencias que nos deja esta pandemia para que en la nueva normalidad podamos desarrollar un sistema de salud más fuerte, mejor preparado, que nos permita enfrentar epidemias futuras y mejorar las capacidades para los próximos desafíos.

En este sentido, la visión del Presidente Andrés Manuel López Obrador es un claro ejemplo donde en nuestro país se garantiza el derecho a la salud y se trabaja para contar con un servicio más justo y equitativo para todos, lo que representa hacer justicia en esta materia, atendiendo a los más desprotegidos y poniendo por delante el interés general, el interés de la nación.

La salud es la columna vertebral del estado mexicano, y en esta cuarta transformación histórica se busca un sentido pleno de bienestar social donde se fortalezcan los servicios de salud pública para el beneficio de todos los ciudadanos.