Hablar de pobreza es pensar en término material, sí se tiene o no recursos para comprar bienes y servicios que satisfacen necesidades básicas, acceso a derechos sociales (vivienda, salud, educación, seguridad social y alimentación) La condición de ser pobre afecta el desarrollo fisiológico de las personas, impacta en el desarrollo de vida, reduce la cantidad de bienes a los que se puede tener acceso, lo que provoca impacto negativo a las personas.
La persona en situación de pobreza toma sus decisiones en contexto de escasez. La escasez se refiere a no tener recursos monetarios u otros necesarios para satisfacer nuestras necesidades, sin embargo no es lo mismo pensar “no tengo dinero para comprar un coche”, “no tengo suficientes vacaciones para ver lo que quiero”; “no tengo dinero para comprar comida”, “no tengo tiempo para cuidar a mi hijo enfermo”. En la primera opción, se hace referencia a una situación sobre la cual la persona puede ajustar su deseo. El segundo caso se trata de situaciones o necesidades sobre las cuales no se puede hacer ajuste.
La escasez distorsiona la percepción de la realidad, provoca “visión de túnel”, la persona se concentra en resolver la situación más urgente y carece de recurso para hacerlo. El lado bueno es que llega a generar enseñanza en la solución del problema, pues en contexto de escasez somos cautelosos y racionales en las decisiones, buscando desperdiciar recursos lo menos posible. El lado real agobia, queda fuera de la atención de la persona elementos menos urgentes, aunque no menos importantes. La visión de túnel distrae recurso cognitivo pues la persona no deja de pensar en lo que tiene que resolver en contexto de escasez.
Quien tiene que pagar la renta en una semana y no tiene suficiente dinero olvidará que en dos días tiene cita con el médico o la cancelará (visión de túnel), hará a un lado cuentas pendientes; explorará toda opción y tal vez tome préstamo de alta tasa de interés. Prestará menos atención al trabajo, se enojará con facilidad, pues no deja de pensar en la renta, que se convierte en un impuesto cognitivo.
Los hogares pobres en término material, también son pobres en tiempo. La mayor parte se distribuye entre trabajo no doméstico y doméstico, con mínima parte para descanso o recreación individual o con familia, lo que hace más difícil superar la pobreza. Si la escasez absorbe gran parte del flujo cognitivo de los padres pobres, tendrán menor disposición a interactuar con sus hijos o no tendrán tiempo libre. Los estímulos que recibe el niño afectan su desarrollo. Si los padres pobres estimulan menos a sus hijos a consecuencia de su agotamiento cognitivo, sus hijos tienen mayor probabilidad de desarrollar menos sus habilidades cognitivas, lo que al interactuar con la pobreza vuelve más difícil salir de ella.
La distorsión cognitiva asociada a la escasez ocurre lo quiera o no la persona y no tiene que ver con capacidad cognitiva. ¿Cómo se comporta cuando se tiene una entrega de trabajo urgente ¿No se es más distraído en lo que se hace? ¿No se cometen más errores en cosas no relacionadas a lo urgente? ¿Esos errores y distracciones son intencionales? Imagíne que siempre se está en ese estado y que todas las decisiones son cruciales. Eso es pobreza, un contexto de escasez permanente en el cual se toma decisiones vitales. Al empujar a los pobres a ciertas conductas, les hace actuar de forma tal que sigan siendo pobres en contra de sus deseos. Los pobres no siguen siendo pobres porque quieren, es la pobreza la que no les permite dejar de serlo.