Será el sereno, pero en este caso como sucede casi siempre en la política, la forma es fondo.
Me refiero al zipizape que armó el Instituto Nacional Electoral en torno a los comicios que se celebrarán en Tamaulipas para renovar a su Congreso Local, escenario en el cual parece haber interés en que el INE camine en el pantanoso terreno del picaresco personaje de “La Chimoltrufia” y su famosa frase; “Yo como digo una cosa digo la otra”.
Vamos por partes, como apunta el columnista Catón que decía en Londres, Jack el Destripador.
Conforme al oficio girado el pasado fin de semana por el mismo Instituto, no queda duda alguna de que el organismo sí atrae la elección tamaulipeca. No en la organización que sigue en manos del IETAM, pero sí en la vigilancia de cómo se utilizan –en muchos casos se manipulan– los recursos públicos para darles un tinte clientelar en busca de votos. Obviamente para evitarlo.
Si eso no es atraer parte del proceso electoral, entonces empezaré a creer que efectivamente existen los Reyes Magos.
Por favor más seriedad, autoridades electorales.
Una intervención de esa naturaleza no se decidió sobre las rodillas o como una ocurrencia. Queda claro que debió partir de la peor palabra que puede afectar a un proceso electoral: Desconfianza.
No quiero caer en especulaciones ni aventurar hipótesis calenturientas en torno a esta especie de mercado persa actualizado, pero el más elemental sentido común indica que cuando se vigila a algo o a alguien es por su falta de credibilidad, ya que de otra manera no habría necesidad de supervisarlo. No lo podemos negar: la política mexicana y en especial la electoral, ha sido históricamente un pésimo ejemplo de transparencia y las últimas ediciones de esas actividades lo demuestran.
¡Claro que el INE está atrayendo parte del proceso tamaulipeco!
El fondo es ese y aunque intenten ahora enmendar la plana manejando en términos diplomáticos otra forma, el saldo es el mismo: No le creen a la autoridad electoral local.
No parece terminar ahí este circo.
El diputado federal Armando Zertuche, de la camada de Movimiento de Regeneración Nacional, dio a conocer ayer, en confirmación de lo que un mes y medio atrás adelantó en el Estado Alejandro Rojas Díaz Durán, senador suplente del líder de esa Cámara, Ricardo Monreal, MORENA está presionando para que el INE también intervenga en el cómputo de casillas. De lograrlo, el Instituto Estatal Electoral quedaría sólo como una figura para la firma, porque en la trinchera de las urnas el que tendría el mando sería el INE.
En menos palabras, que la autoridad federal le entre a contar votos.
¿Así o más clara la desconfianza?…

BABEL, VERSIÓN 2019
¿En verdad nadie puede hacerlo?
O mejor dicho: ¿En verdad nadie quiere hacerlo?
No me alcanza mi pobre intelecto para entender lo que está pasando en el actual gobierno federal mexicano.
No comprendo cómo es posible que no haya una sola voz en su gabinete o en su círculo de amigos y asesores, que se alce y le diga de frente o al oído al Presidente Andrés Manuel López Obrador, como en este caso de la carta al gobierno de España, que pedirle que se disculpe por lo que hicieron los peninsulares más de 500 años atrás en la época de la conquista, es un atropello a la inteligencia.
¿Qué sigue en esa torre de Babel originalmente inscrita en El Génesis, en que se ha convertido la administración federal, en donde parece que todos hablan diferente idioma y nadie quiere decirle a sus monarcas que es una aberración querer alcanzar el cielo de esa manera?
No es preocupante pensar en esto. Es aterrador…

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