La pandemia que recorre más de cien países del mundo invoca la obra denominada “La Peste” de Albert Camus, en la cual el autor refleja el acontecer posterior a la segunda guerra mundial en los principales países europeos, sobre todo los aliados de Estados Unidos en el último evento bélico con esa categoría durante el silgo 20, ya que hubo otros guerra que no alcanzaron esa dimensión.
La obra de Camus, se convirtió en uno de los textos que fortalecieron las corriente existencialista en el pensamiento universal. Sobre todo tuvo gran influencia en escritores como Jean Poul Sartre y Federico Nietzsche, además de otros considerados moderados. O más bien se ubicaron como los pensadores nihilistas -nikilistas-.
Que se les interpreta como los pensadores de la nada, de sin sentido de la vida, de la Nausea Sartreana o de Zaratustra Nietzschano. Que a la postre derivo en siuicidios recurrentes en las juventudes europeas sobre francesas y alemanas.
Pensamiento del cual no escapó Italia, España, Inglaterra, donde esa corriente fue más moderada. Incluso tomo un carácter más científico. Que predomino sobre todo en los Ingleses. En Italia y España hubo una influencia severa del catolicismo.
Sin embargo en la obra de Camus, hace una historia de una plaga de ratas, en la que describe como ese roedor consume los cuerpos pestilentes de las personas en estado de descomposición. Y por lo mismo es una obra pesada, pero logra atrapar al lector y lo lleva al escenario de la muerte lenta, progresiva, abrumadora y hasta asquerosa. Pero al fin muerte.
Escudriña por lo mismo dos de los temas obligados del existencialismo universal, como son la vida y la muerte. El principio de la muerte como sinónimo de vida y vida como una final de la muerte. Camus detona la caída de los antiguos paradigmas.
Genera un choque del pensamiento tradicional y arcaico con el modernismo sartreano que plantea la nada y por ello se les considera como los maestros de la sospecha durante el siglo anterior, a los que se sumaría Freud y Marx, con perspectivas convergentes.
Lo que hoy sucede en el mundo parece una fiel réplica de La Peste de Camus, con la diferencia de que aquella fue el desenlace de la segunda guerra mundial. Más, sin embargo, a todas luces se ve que el Coronavirus es también un derivado, una consecuencia de la guerra comercial de los dos potentados contemporáneos del mundo.
En la que están en juego los capitales, los mercados financieros, la mutaciones del dinero. El surgimiento de un nuevo reinado. Quizá por ello, el gobierno anglosajón de América del Norte, está dispuesto a correr todos los riesgos abrir los mercados, por encima de las personas muertas e infectadas por el virus.
A nivel nacional, en la república mexicana hay un desconcierto de los grupos de poder, en el que los gobernadores por primera vez dan muestras de autonomía y en la praxis se desprendieron de la máxima figura nacional.
La misma gobernadora de la Ciudad de México ha mandado un mensaje, si bien en un lenguaje científico, sobre el fenómeno del Covid-19, pero discordante con el Jefe del Ejecutivo Nacional. Lo cual evidencia que se resiste a asumir el pensamiento pero sobre todo la practica ordinaria del habitante de palacio nacional.
A nivel local, el Gobernador Tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca, hay sido puntual en decretar las medidas sanitarias correspondientes, de carácter preventivo lo mimos que otros gobernadores de ciudades relevantes como Nuevo León y Jalisco.