Finalmente, y sin sorpresas, como lo advertimos desde hace semanas en este espacio, Jesús Eduardo Govea Orozco tomó protesta como nuevo Fiscal General de Justicia de Tamaulipas. El Congreso local lo juramentó este martes para un período de siete años, y entrará formalmente en funciones el próximo 16 de diciembre. Con ésto, se cierra un ciclo y se abre otro que redefine por completo el mapa del poder en el Estado.

Govea es michoacano de origen, pero formado profesionalmente en Tamaulipas. Tiene más de 30 años trabajando como litigante, académico, y funcionario de la propia Fiscalía, donde fue desde agente del Ministerio Público hasta director de Reforma Penal.

No es un improvisado y tampoco es un desconocido. En 2023 se desempeñó como vicefiscal de Investigación Anticorrupción, y en el 2022, formó parte del equipo jurídico de transición del actual gobernador Américo Villarreal Anaya, él se encargó de defender los triunfos de Morena y asesoró a los diputados de ese partido.

Su llegada a Anticorrupción en 2024 fue el primer intento por tomar las riendas de tan importante dependencia, sustituyó a Raúl Ramírez Castañeda, de la línea del exgobernador Cabeza de Vaca, en medio de choques entre poderes. Ahí prometió resultados rápidos en expedientes atorados y amplió las investigaciones contra los ex funcionarios panistas.

La realidad es que Govea es una figura cercana al gobernador. Y hoy, con su designación, Morena finalmente concreta lo que durante tres años intentó sin éxito, reorganizar el sistema de justicia a su estilo y con sus perfiles.

Recordemos que el proyecto inicial del gobierno era remover a Irving Barrios, fiscal heredado del sexenio panista. Pero ni las reformas del Congreso ni las presiones políticas alcanzaron para sacarlo antes de tiempo; así que tuvieron que coexistir. Y, vaya, coexistieron mejor de lo que muchos esperábamos, hubo respeto, acuerdos y un camino institucional. Pero el momento llegó. Y llegó en el punto exacto en el que el gobierno estatal ya tiene todos los hilos institucionales en la mano.

Ahora vienen los retos.

Porque más allá de la lectura política, que claro que la hay, la realidad es que el nuevo fiscal llega a una oficina que enfrenta muchos detalles.

Tamaulipas arrastra rezagos en procuración de justicia, una crisis forense que los colectivos denuncian desde hace años, expedientes congelados, falta de peritos y carencias. Además, deberá enfrentar temas espinosos como la violencia en la frontera, los protocolos de investigación, la relación con la Federación y el fortalecimiento de la Policía Investigadora.

Ahí estará la prueba real.

Govea llega con poder, respaldo político y experiencia, ya sólo falta que muestre resultados.

¿No cree usted?

 

Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales…