En mi lejana niñez, entre las lecciones diarias que nos daban a granel padres y abuelos, una frase era común para educarnos dentro de las reglas de la cortesía social:

“En el pedir está el dar”.

No hay mucho qué explicar sobre esas palabras, cuya enseñanza es obvia en lo que se refiere a tratar de obtener de las personas y de la vida misma, en el marco del respeto, lo que uno quiere.

Viene al caso esta recapitulación por el anuncio hecho ayer por el gobernador electo, Américo Villarreal Anaya, sobre el futuro a mediano plazo para Tamaulipas en las tareas que le competen a ese orden de administración pública, cuya realización se basa en esa sencilla frase, puesta sobre la mesa en el momento oportuno y ante las instancias correctas.

En la relatoría de sus actividades cercanas, en una conferencia de prensa el virtual mandatario estatal hizo hincapié en las reuniones con una vasta gama de miembros del gobierno federal, buscando que los recursos y la cooperación lleguen, tanto en el volumen como en el tiempo deseados.

Y es aquí donde aparece la lección de padres y abuelos.

Américo, en un estilo que conocemos muy bien los cercanos a él, dejó atrás la bravuconería y la pose de matasiete que perfilaba al gobierno que está a punto de dejar ese espacio y antes de iniciar su gestión ya tiene en la bolsa una cauda de amarres en programas y acciones federales, que para fortuna de quienes aquí vivimos todo indica que se sentirán desde los primeros meses de ese mandato.

Sin duda es una buena señal aportada por Américo. Ojalá sea la misma de parte del gobierno de la República…

LA HAMACA DE NADER

No materializó sus aspiraciones y se dejó caer en la hamaca.

Me refiero al alcalde de Tampico, Jesús Nader, quien tras no concretar su ambición de llegar al poder estatal, en el presente muestra una indolencia que empieza a generar desconfianza hasta en sus propios colaboradores.

Quien se precia de ser el edil mejor evaluado en Tamaulipas y hasta en el país, navega en medio de denuncias como el tráfico de zonas urbanas, abusos de funcionarios de su gabinete, influyentismos en mercados, estancamiento de programas sociales y una serie de omisiones que exhiben –por lo menos es lo que se aprecia– el inicio de una etapa de valegorrismo ante la certeza de que su futuro político está prácticamente acabado.

Exhibe este escenario una realidad: Tampico es un municipio que se mueve por el trabajo del sector empresarial y la actividad industrial que aunque en su mayor parte descansa en Altamira y Madero, es al puerto jaibo al que impulsa económicamente como cabeza regional.

En ese contexto los alcaldes históricamente se han colgado de esa brocha para lucir.

Hoy, con Nader la historia se repite. El supuesto ídolo muestra nuevamente sus pies de barro…

EL FUTURO, TAN IMPORTANTE COMO EL PRESENTE

El alcalde de Victoria, Eduardo Gattás, rendirá su primer informe de labores el próximo 9 de este mes, para cumplir un mandato constitucional.

Ha sido complicado este primer tramo, en donde emergencias como la sanitaria del coronavirus, la económica por la desaceleración de las inversiones y la política por el tormentoso proceso electoral recién vivido, han prácticamente estancado la obra pública y otras actividades paralelas.

Es injusto responsabilizar a un sector o a un gobierno de un escenario derivado en gran medida de una crisis nacional, por lo que a partir de esa certeza hoy cobra importancia el futuro a mediano plazo que ha descrito el presidente municipal, que de hacerse realidad significaría una inversión histórica superior a los 2 mil millones de pesos en este fundo, repartidos en dos mega frentes: La segunda línea del acueducto y el paso vehicular deprimido en la carretera a Monterrey.

Sólo por esas dos obras, el edil capitalino podría asegurar un lugar privilegiado en la galería de jefes de comuna victorenses. Mis mejores deseos porque se lleven a cabo…

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