La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión


Hace pocos años
, razones laborales me llevaron a investigar la situación general de los puertos de México, a partir de lo cual pude adentrarme en un tema ciertamente apasionante en el que las ciudades hermanas de Altamira y Tampico, tienenuna relevancia fundamental a nivel país, lo que implica desde luego, también, una relevancia para Tamaulipas.

El sistema portuario nacional consta de 117 puertos y terminales, pero son cuatro los que destacan de manerapreponderante: Veracruz y Altamira, de cara al Golfo de México y el Atlántico, y Manzanillo y Lázaro Cárdenas, en el flanco del Pacífico.

El funcionamiento del sistema de comunicaciones de un estado nacional tiene una relevancia geopolítica de primer orden, pues es en función de esto como el estado de referencia establece conexiones comerciales y económicas, y también militares cuando procede, con el mundo.

Susan Strange, una de las grandes teóricas de la Escuela Británica de Economía Política Internacional, plantea que las relaciones internacionales se definen, en su núcleo esencial, con arreglo al esquema de relaciones de lo que ella denominó “poder estructural”, que es el que se establece a partir de la capacidad que un estado o entidad económico-política tiene para determinar las reglas del juego mundial en los planos fundamentales, que son el económico-productivo, el demográfico y el militar. Un estado o entidad económica tiene poder estructural cuando controla algunas de las “fuentes de poder estructural”, que para Strange son la producción pesada, la información/tecnología, las finanzas, la producción de armamento y las comunicaciones.

Por su parte, Jacques Attali, reconocido economista francés, primer Presidente del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo y asesor de varios Primeros Ministros de Francia, en su libro “Breve Historia del Futuro” hace un recuento de la historia del capitalismo a través de la evolución de sus primeras ciudades-estado a sus actuales megalópolis, siempre puertos (Atenas, Brujas, Venecia,Amberes, Génova, Amsterdam, Londres, Boston, Nueva York y Los Angeles) vinculados a un importante centro de producción, a uno de consumo y a la libertad en la creación y la innovación.

Cuando hablamos del sistema de puertos de un estado nacional como México, estamos por tanto hablando de poder estructural, pero también de potencial económico por la vía de la innovación y la creatividad.  México cuenta con 11 mil kilómetros de litorales, y fue sólo durante el porfiriato cuando se establece la primera estrategia de carácter nacional para coordinar las operaciones tendentes a configurar un sistema de conexión portuaria internacional, lo que nos permite confirmar la tesis de algunos historiadores, como don Daniel Cosío Villegas o Arnaldo Córdova, según la cual fue sólo hasta Porfirio Díaz cuando México se consolida verdaderamente como estado-nacional moderno, lo que desde un punto de vista marxista supone el establecimiento de un nuevo sistema de contradicciones –que son las que se dan en función del criterio de la soberanía político-nacional cruzado con el criterio del desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo contemporáneo– de las que habría de eclosionar el proceso general de la Revolución mexicana.

Fue así, en todo caso, cuando en 1891 se crea la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas como entidad encargada de la edificación y conexión de un sistema de puertos, habiendo sido los de Veracruz y Tampico los primeros en ser ampliados y modernizados.

El puerto de Altamira fue creado muy tardíamente en todo caso: prácticamente un siglo después de la fundación de la SCOP, inaugurándose hasta el año de 1985 como uno de los polos más importantes que para esos momentos se tuvo a la vista desde la perspectiva de desarrollo estratégico comercial de México. Su función principal es la de articular y potenciar el comercio exterior de los estados del Centro y Norte del país, así como incrementar el flujo comercial en zonas geopolíticamente estratégicas a nivel mundial como Norteamérica, Centroamérica, Europa y Medio Oriente.

Cuenta con tres áreas fundamentales: puerto, parque industrial y corredor ecológico, ocupando una superficie de 9,600 hectáreas, y funciona con 13 terminales de operación y 19 de atraque, con una infraestructura facultada para el tratamiento de diversidad de cargas como la de fluidos petroquímicos, la llamada carga contenerizada, carga general suelta y granel mineral y agrícola.

Por su parte, el parque industrial da cabida a un aproximado de 40 empresas entre nacionales y extranjeras, conformando el clúster petroquímico privado más importante del país, con una producción aproximada de 2.3 millones de toneladas de productos medidos groso modo. Aunado a esto, el puerto de Altamira ha logrado consolidarse como el núcleo de producción y distribución principal del Gasoducto Sur Texas-Tuxpan, con una longitud de tubería de 500 kilómetros.

Son poco más de 30 años de construcción de este puerto en Tamaulipas, y es tenido como de los de mayor potencial de crecimiento, además de que su posición geo-estratégica lo sitúa como eslabón fundamental para el comercio con Estados Unidos, Europa y América Latina. Me parece imprescindible que los gobiernos de estados en donde existen nodos portuarios de rango tan importante como los de Veracruz, Altamira, Manzanillo y Lázaro Cárdenas, establezcan formas de coordinación en las que puedan compartirse visiones de largo plazo a efectos de proyectar a futuro una fortaleza estatal que nos permita, como nación, acumular el mayor poder estructural a nuestro alcance.