Dentro de las obras por las que López se debatió contra los “conservadores”, esos que en realidad no identifica, como tampoco mete a la cárcel a los corruptos, destaca la Guardia Nacional, garantía en caso de que los resultados de su política sean insuficientes para lograr el control social enojado por el fracaso de sus obras, para la contención de la opinión pública que empieza a evaluar de manera negativa a López. La elección extraordinaria en Tamaulipas al Senado muestra que no es de interés. Ojalá pasen estas elecciones para dejar de ver a torpes candidatos, que solamente hablan sin hechos que respalden sus habladas.

La Guardia Nacional tiene como sustento de creación y de supervivencia el cuidado social ante la falta de policía municipal y estatal honesta, capacitada, con fuerza desde el gobierno para resistir el embate del crimen organizado. Basta que se acerquen a un policía con dinero para comprarlo, si ese policía honesto se niega, el paso siguiente es la amenaza a su familia y ahí, el ser humano cede. El Gobierno lo sabe, sin embargo, no le importa y deja a sus elementos armados sin defensa.

El costo político de López al lograr que la Guardia Nacional se encargue de la vigilancia en nuestras calles fue alto, aunque no lo parezca. Por lo mismo la Guardia debe ser garante del pueblo para que López recomponga la opinión pública que le condena por tener elementos militares en la calle que no dan la vigilancia, el control y conocimiento de cada colonia, misión en la cual los cuerpos policiales tienen éxito.

A la Guardia y sus obras suma López un gran reto, dejar a Claudia Sheinbaum como sucesora en Palacio. En este proyecto se enfoca hace meses, dejando en segundo lugar su herencia de supuesta riqueza a México, el tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el poderoso complejo que en el Istmo dará paso entre los océanos Atlántico y Pacífico a millones de contenedores que hoy cruzan por el canal de Panamá. Este corredor es la real obra cumbre por su importancia pues se convertirá en polo de asentamiento industrial, si el crimen organizado lo permite pues hoy se adueñó de esa región a pesar de la presencia militar que vigila.

Tan importante es Sheinbaum para López que aceptó que 6 mil efectivos militares resguarden las instalaciones del Metro, así es el boquete que sufre la aspiración de Sheinbaum con los múltiples accidentes sufridos por el Metro, infraestructura creada hace décadas que requiere mantenimiento que no se le ha dado pues importan más las obras de López.

El objetivo es hacer sentir que el Sistema de Transporte Colectivo es saboteado. Ese cuento los morenistas lo promueven, López les enseñó a ser víctimas y desviar la atención sobre la falla que se presente, en este caso la falta de mantenimiento y de recursos que padece el Metro en el actual gobierno capitalino. El Metro falla por saturación y falta de mantenimiento. Circula gracias a los milagros que hacen los técnicos en talleres; no hay día en que no haya retrasos y no hay responsables.