Hay muchas coas que pudieran decirse de los sistemas de Seguridad, pero llama poderosamente la atención el que a nivel internacional se “reconoce” a nuestros cuerpos en el país, en general, como muy eficientes, reconociendo el enorme dinero que se gasta en materia de capacitación, equipamiento y más, y en contraparte, el mismo organismo dice que es la más desapegada a la función para la que fue hecha.

En otras palabras: descalifican a nuestras policías en todos los niveles, manejando parámetros que todos hemos vivido, escuchado o leído. Finalmente, entendemos que un cuerpo de policía está hecho para garantizar seguridad, para detener maleantes, pero sobre todo que a usted y nosotros nos otorguen la tranquilidad de salir de casa a comprar cualquier cosa sin temor de ser objeto de un hecho delictivo.

Hace algunos años, debido a las características que se presentaron, la Policía Federal determinó establecer un operativo que conocimos todos como el “convoy”, y que no eran más que dos patrullas que nos acompañaban en los viajes a la frontera: uno adelante y el otro en la retaguardia.

Esos dos vehículos proporcionaron seguridad y tranquilidad a millones –durante años- de viajeros, tamaulipecos y de otras entidades, para poder llegar a franja fronteriza a pasear, comprar, negociar o a lo que fuera: el caso es que el Convoy nos daba esa tranquilidad perdida hace décadas y objeto de mil y una preocupaciones de los mexicanos en general.

Los horarios a veces no nos convencían, convenían o gustaban, pero todos habíamos de adaptarnos a un horario diario; luego, los operativos fueron reducidos a viernes, sábado y domingo, y finalmente, llegó la disposición oficial de que debían desaparecer por motivos que no entendemos,

Al parecer, argumentaron en ese entonces que la seguridad ya estaba garantizada al 100 por ciento en las carreteras que cruzan nuestra hermosa entidad, pero los viajeros y los automovilistas en general pensamos otras cosas.

Y es cuando reflexionamos sobre la misión de la policía: finalmente, los cuerpos de seguridad son emanados de una autoridad que surge producto de la decisión mayoritaria, es decir, de una elección. Democracia, se le llama, y la gente elige a sus gobernantes. Hoy, promueven su labor con una frase: “Somos la Policía Federal y te cuidamos en tu viaje”.

Entonces no entendemos por qué nos privan de esa seguridad que teníamos los que queríamos viajar a la línea donde termina nuestro país e inicia la Unión Americana,

No nos parece una adecuada decisión, más, cuando hemos escuchado muchas historias sobre el devenir cotidiano en las rúas que corren de Victoria a Matamoros, Reynosa e inclusive a Monterrey y hasta Nuevo Laredo.

Nos gustaría viajar como antaño, con la misma confianza que teníamos antes de los operativos y durante éstos.

Nos gustaría poder hacerlo con la tranquilidad de llegar y llamar para decir que “llegamos bien y sin novedad”, que es lo que deseamos escuchar los que nos quedamos.

Mucho nos gustaría ser escuchados, y en ese sentido, el columnista hace el llamado a esos que sí cobran y bien: nuestros diputados federales, que siempre dicen que gestionan por nosotros muchas cosas.

Queremos que gestionen esos operativos que nos den seguridad, porque la falta de viajes a la frontera está ahorcando a esa zona económica y socialmente, y a nosotros nos priva de muchas cosas, necesarias y no, pero que son parte de nuestro quehacer diario.

Nos gustaría que, aunque fuera para tapar el ojo al macho, uno de nuestros diputados, del color que sea, hiciera valer la voz de más de 3 millones de personas que quieren un operativo que garantice seguridad carretera.

Ojalá UNO nos escuche… y nos haga caso, a nombre de miles.

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