Así como Abraham Nuncio describió el estado de Nuevo León como una región que sería uno de los polos de desarrollo en el norte del país, a un siglo de los pronósticos de escritor y articulista de diarios nacionales, Tamaulipas destaca un siglo después como una de las regiones que se sumaron al desarrollo regio. Ya que es más intenso el intercambio de la tecnología, industrial, comercial y académico, cultural ni se diga ya que hay mucha similitud.
En la región tamaulipeca donde se registran vientos permanentes, ha despegado la generación de energía eólica y, no precisamente sus parques se localizan únicamente en los 9 municipios más relevantes de la entidad, sino que se ha presentado un dato interesante, ya que es los municipios con baja población donde se han establecido empresas productoras de energía limpia.
Entre el 2010 y el 2018 en Tamaulipas se han construido 12 parques eólicos y no obstante que los mercados parecían orientar en esta región hacia la instalación de plantas de etanol, en las regiones de Mante y Valle Hermoso lo mismo que en Río Bravo y San Fernando, esas inversiones se quedaron en proyecto de papel, que únicamente lleno el ojo de administraciones anteriores pero ninguno de esos proyectos se tradujo en Producto Interno Bruto.
Los parques han fortalecido la economía de los pequeños productores, cuya milpa era insuficiente para resolver la demanda de la economía familiar, lo mismo que en las unidades de producción pecuaria, ya que las regiones con corrientes permanentes o recurrente de aire son propias para la instalación de abanicos que transforman en aire en energía, con la característica de que es limpia.
Aunque por otro lado los vientos resecan las tierras, aceleran la erosión de la tierra y a la postre las regiones con vientos permanentes desalientan la actividad agrícola y pecuaria pero detonan la inversión nacional e internacional de la industria energética.
Es una actividad relevante, porque en los países desarrollado esta energía se comercializa como sucede con la gasolina, el gas y el diesel. Es decir, si hoy llena el tanque de su vehículo compacto, ligero y de carga, las expectativas son de un precio inferior. Y así como hay expendios de combustible fósil lo habrá de energía eólica.
Por ello en una de la entrega en este espacio, argumenté que la recuperación de la petrolera mexicana es tardía lo mismo que las investigaciones del estado financiero de la paraestatal, era como pedirle a los hijos que respondan por los daños de sus padres.
Pero además, el futuro enérgico no radica en las energía fósiles, sino en las energías limpias como es la eólica. Que en particular Tamaulipas es de los estados de la república donde hay condiciones favorables porque el viento sopla en favor de los tamaulipecos.
No por ello, creo conveniente desechar los proyectos de la energía como el etanol, pero con las sequias recurrentes en la región tamaulipeca las plantas de etanol no tendría el abasto de sorgo y caña para procesar este combustible como sucede en Brasil, donde hay ensayos en este sentido. Derivados del alcohol.
El gobernador de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca, con un grupo de empresarios pusieron en marcha dos nuevos parques eólicos en la región del municipio de Llera, lo propio se hace en la ciudad de Reynosa, Güemez, Mante, San Fernando y Valle Hermoso entre otros municipios y regiones.
La política de primer gobernador panista en Tamaulipas ha sido clara, promover e impulsar la energía fósil, eólica y etanol, aunque esta última se desalentó por diferentes factores como no únicamente los tiempos adversos que enfrentan los agricultores, sino también y sobre todo, el incremento en el precio del diesel y la gasolina, el precio de la semilla certificada, la extinción de los programas subsididarios y la caída del precio del sorgo y maíz en la bolsa de Chicago.