Un sistema político es la relación permanente de un conjunto de instituciones, organizaciones y procesos politicos que dan paso a las desiciones que se tomen fundamentadas por leyes, normas y procesos que rigen y dan sentido a la politica de una nación.

En lo referente a la organización política de un país se reconocen tres modelos, contemporaneos el sistema parlamentario, el presidencialismo, y, una variable actual llamada semi presidencialista. Todos responden a lógicas y políticas diferentes de acuerdo con las características de cada país.

El sistema parlamentario tuvo su origen en Inglaterra, en los siglos XIII y XIV donde su historia señala haber pasado por momentos trascendentales que toda organización política los llama memorables. Tales como, el surgimiento de la primera forma de gobierno llamada “Absolutismo”; en donde el mando se concentraba en una sola persona: “el rey”, quien justificaba su “poder absoluto” en la divinidad; además, para él no existía la idea o el concepto de “ciudadanía”. De esta manera, finalizó en un abuso del poder y la concentración de los asuntos y la toma de decisiones en una sola persona, la balanza se inclinó para un solo lado, entonces se produjo un desequilibrio total que término en una revolución social.

La eminente crisis que caracterizó al “absolutismo” dirigió el triunfo total de las ideas liberales basadas especialmente en los derechos del hombre “inalienables e intransferibles” como principios precursores al Estado y al Derecho. De este modo, se conforman los Estados Liberales sobre una base jurídica expresada en la disposición fundamental, la Constitución.

Con el tiempo, el Parlamento se extendió en gran parte de Europa, con variaciones pequeñas en cada país; pero, básicamente está conformado por el ejecutivo que se divide en dos figuras esenciales; un jefe de Estado, “no electo” y un jefe de gobierno nombrado por la mayoría parlamentaria. De tal manera, que  en Inglaterra, el Parlamento está organizado en dos cámaras denominadas “cámara alta” (la clase de los lores) está conformada por aristócratas, que en la antigüedad formaban parte del círculo más cercano de asesores del rey, que con el tiempo provocó que se debilitara por completo, aun cuando pudieron conservar su histórico señorío social. La “cámara baja” dispone de atribuciones más amplias que la cámara alta, está formada por miembros elegidos directamente por el pueblo, en el pasado se le conocía como la camara de los comunes, su nombre se debe a que eran representantes de las ciudades, y que inicialmente fueron opositores a una monarquia absoluta pero no a una monarquia constitucional.

El presidencialismo, tiene un diseño diferente, se origina en Estados Unidos de Norteamérica, siglo XVIII, es un sistema con poderes divididos que se forma con un presidente electo, un congreso fuerte también dividido en dos cámaras, diputados y senadores, y un poder judicial autónomo. Esta forma de organización política tuvo eco principalmente en el continente americano, después en otros países del mundo, igualmente con algunas modificaciones. Representa lo opuesto a la forma de gobernar de una dictadura, pues tiene delimitados cada uno de los poderes que lo conforman, y funciona sobre la base de un complejo mecanismo de balances y contrapesos, para contrarrestar al abuso de poder.

El sistema político semipresidencial o mixto, -propio de Fancia-, comparte algunas características de los dos anteriores; también es el más reciente, pues aparece después de la segunda guerra mundial. Funciona con un poder ejecutivo que se divide entre el “jefe de estado”, que es el presidente de la República y surge del voto popular, y un “jefe de gobierno” o “primer ministro”, designado por la mayoría parlamentaria. El jefe de Estado se encarga de garantizar el funcionamiento de las instituciones, dirige la política exterior, la diplomacia y fuerzas armadas; mientras que el “jefe de gobierno” atiende asuntos puramente políticos y se mueve como árbitro en la negociación de partidos con ideales o agendas contrarias. En el sistema semipresidencialista los miembros del parlamento son elegidos democráticamente.

En el mundo hay una gran diversidad de formas de gobernar y organizar un país; considero, que gran parte se debe a la experiencia histórica adquirida; incluso, es la forma que evoluciona cada nación. Estoy totalmente de acuerdo que los gobernantes son el reflejo de la sociedad.

El legado histórico de México, revela que la mejor forma de gobernar es la que actualmente tenemos, un sistema presidencialista, representativo, que para su ejercicio se divide en tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. A mi criterio, el más destacado es el poder judicial, porque es el garante de nuestro estado de derecho, el que defiende los principios y límites establecidos en nuestra constitucion.

En poco tiempo habrá de llevarse a cabo unos de los procesos electorales más importantes en la historia de nuestro país, pues nuestro actual sistema político será sometido a la decisión de la ciudadanía.

Las personas que habremos de elegir deben tener la capacidad de organizar, administrar y hacer funcionar el aparato institucional mexicano, tomando las mejores decisiones en aras del bien común. Mas importante aún, deberán estar comprometidos con la Constitucion General de la Republica. Por ello, las reglas constitucionales son el documento que oriente y que jamás debe olvidar el hombre o la mujer que asuma la gran responsabilidad de gobernar México. Esta es la finalidad de un sistema político.