Es importante decir que estamos en Navidad, acontecimiento del Hijo de Dios hecho hombre. Y todas las fiestas que celebra la Iglesia Católica en su liturgia hablan de esa maravillosa realidad. Dios se ha hace hombre en todo semejante a nosotros menos en el pecado. Este domingo la liturgia de la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Un signo de Diosa se hizo realmente hombre y vivió en una familia formada por José y María.

De acuerdo al texto del Evangelio de este domingo José y María cumplen don todo lo que ordena la ley de Moisés con motivo del nacimiento de niño: “Cumplidos los días de la purificación, haya sido por un niño o por una niña, presentará ante el sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro, un cordero de un año como holocausto y un pichón o una paloma como sacrificio de expiación. Si no le anapara un cordero  presentará dos palomas o dos pichones” (Lev 12, 6).  En este marco institucional del judaísmo (purificación, presentación, templo) el pueblo judío, representado  por Simeón y Ana, encuentra al que será luz de las naciones. Simeón “varón justo y temeroso de Dios”,  no cabe de alegría al cargar el niño Jesús, aquel que desde ya podemos llamar Salvador, luz de las naciones, esperanza y gloria del  pueblo. José y María se quedan admirados. No comprenden el significado del anciano Simeón. Menos las que este dirige a María: “ Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción”. Palabras enigmáticas que recuerdan que las promesas se cumplirán, pero a través del camino difícil de la vida de Jesús. Una vida que asume todos los condicionantes de la humanidad. “Y a ti, una espada te atravesará el alma”. Palabras que hacen pensar en ql cruz y el rechazo del pueblo.

Después de Simeón interviene Ana, una profetiza viuda que pasaba su vida orando en el templo. Una “Santa” del Antiguo Testamento que encarna la figura de los pobres de Yahveh, los cuales esperaban en la oración y la pobreza la llegada de la salvación definitiva. Para ella, esta ceremonia de la presentación en el templo, ya no sólo es la memoria de la liberación del pueblo hebreos de la esclavitud de Egipto , es una realidad cercana , palpable. Por eso no dejan de dar gracias a Dios y hablar de este niño a todos loa que estaban ahí

Se puede orar con la oración de la misa dominical: “Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos se caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa”.

Que el buen Padre Dios les bendiga cada día del año que comienza.