Las acusaciones formuladas por diputados locales de Tamaulipas de Morena y PRI, que ponen en tela de juicio las actuaciones de personal de la COEPRIS (Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), tiene que tener consecuencias. Mínimo la apertura de un buzón de quejas en el propio Congreso del Estado, para frenar los casos o intentos de extorsión y la implementación de sanciones severas a quienes quebrante las reglas. En este caso refieren una suma de 11 mil pesos a vendedores ambulantes para sanitizar su espacio, o contratar a una empresa “recomendada”, pero hay peticiones millonarias en otros giros.

Bien dice el dicho, “del tamaño del sapo, es la pedrada”, y en el caso de un hotel de Matamoros, que cuenta con salón de eventos, la propuesta para dejarlos operar en fiestas de mucha concurrencia, la petición llegó hasta los 2 millones de pesos por toda la temporada, advirtiéndoles que era una buena oferta porque no podrán operar los grandes espacios por lo que resta del año.

Es urgente que los señores diputados actualicen la legislación para implementar sanciones severas a quienes intenten extorsionar a quien sea, comerciante o industrial, micro, pequeño negocio o grande. El Delito no sólo está en la extorsión, sino en atentar contra la salud y la vida de muchas personas, me refiero a casos como el de los salones de eventos.

Los diputados de todos los partidos políticos están comprometidos a velar por la seguridad de los tamaulipecos y en aras de ella, se requiere criterios severos ante infracciones de este tipo.

Estaremos pendientes del seguimiento que los señores diputados proporcionen a este tema.

TAMAULIPAS NO SE ARRIESGA, PERMANECERÁ EN ROJO

De acuerdo al Semáforo de alerta Covid-19 de la Secretaría de Salud (nacional) Tamaulipas es el único estado que no está en rojo, sino en naranja, pero el Gobierno del Estado ha determinado continuar con las mismas medidas que hemos tenido cuando figuramos en rojo, así lo dio a conocer el titular del Poder Ejecutivo, Francisco García Cabeza de Vaca. En pocas palabras no hay que aflojar el paso, no hay que cantar victoria tan temprano.

El ejemplo lo tenemos en Zacatecas, que en algún momento fue también la única entidad en color naranja, un gusto que duró poco, y eso es precisamente lo que no se quiere, perder lo que logrado.

Una buena noticia proporcionada por el gobernador García Cabeza de Vaca, es que la capacidad hospitalaria preparada para recepcionar los casos del COVID-19, registra un 30 % de ocupación, eso permite proporcionar una atención eficiente y oportuna como merecen los tamaulipecos.

Por eso la importancia de prevenir y no lamentar, para ello se debe continuar practicando las medidas de seguridad como son la sana distancia, el gel antibacterial en todo momento, el cubre bocas y baja movilidad, sólo salir cuando sea necesario.

Pero si lo anterior no son suficientes argumentos, le comento que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, va estirando la liga cada vez más, el último criterio había ubicado al pico de la pandemia a mediados de junio, y ahora de acuerdo con proyecciones de un equipo de especialistas, puede extenderse hasta octubre. Y mientras exista ese peligro cabalgando en diferentes puntos del país, Tamaulipas como estado fronterizo tiene mayores riesgos y debe asumirlos con responsabilidad.

Le recordamos que el semáforo epidemiológico cuenta con cuatro colores: rojo, en riesgo máximo permite actividades esenciales; el naranja denota riesgo alto y permite actividades esenciales y no esenciales; mientras que el amarillo, se refiere a riesgo medio y permite reanudar movilidad con restricciones; mientras que el verde, es de bajo riesgo y con él se da inició a la ‘nueva normalidad’ con distanciamiento, higiene, medidas sanitarias y monitoreo de nuevos brotes.

Sólo así podrá evitarse que Tamaulipas aporte más a las estadísticas, dado que ahora, la cifra oficial que se espera fluctúa entre los 25 mil y 30 mil defunciones.

EXAMINAN EN LA UAT PROBLEMÁTICA PSICOSOCIAL

Estudiantes de Psicología de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT zona sur, participaron en el curso “Intervención en Crisis”, relativo a los trastornos mentales que pueden derivarse por el confinamiento en los hogares, la práctica de labores de oficina en convivencia con los niños que también están recluidos en el hogar con motivo de COVID-19.

Es real la presencia de trastornos que en algunos casos pueden hacer más complejo el confinamiento ocasionado por la pandemia en nuestro país, y con ello hacer más compleja la convivencia familiar durante esta temporada.

El confinamiento por COVID-19 en nuestro país y en la entidad, ha propiciado estrés hacia el interior del círculo familiar, igualmente cuadros de depresión, miedo, suicidio y otra clase de trastornos mentales, derivado de la problemática económica y social al estar limitado para realizar actividades productivas que estaban en su rutina.

Se examinó el tema del trabajo desde la casa, poniendo de manifiesto que no todos tienen la misma capacidad organizativa.

Aquí podemos comentar los casos en que ambos padres de familia que trabajaban y dejaban a sus niños en las guarderías o escuelas, hoy ambos tienen que laborar desde el hogar, y al mismo tiempo hacerse cargo de la atención de los hijos, eso en el caso de los que son menores de edad, desde bebés hasta en edad de primaría requieren atención especial, y se convierten en distractores provocando ambientes de ansiedad, violencia familia, insomnio y otras expresiones que están avisando que la psiquis está sometida a presiones inusuales.

De esta manera la Universidad autónoma de Tamaulipas acerca a los estudiantes de psicología a uno de los temas de relevancia y actualidad en esta temporada y que pervivirán más allá de la epidemia y que tendrán que ser tratados profesionalmente.