La confianza de la gente en la impartición de justicia se ha desgastado hasta llegar a ser una de las seis instituciones públicas peor calificadas en las encuestas de percepción de confianza del INEGI. -después de las policías locales, los diputados y los partidos políticos-
Más del 60% de los encuestados desconfían de los jueces, ya que prevalece la percepción de que en los juzgados predominan prácticas de corrupción e impunidad derivada de la venta de la justicia al mejor postor.
Cuando la gran mayoría de la población votó en el 2018 por la transformación de la vida pública, votó también por la erradicación de los privilegios y las nóminas doradas de la alta jerarquía judicial, pero los ministros de la Corte no quisieron acatar el mandato ciudadano expresada en las urnas en el 2018.
Cuando la mayoría legislativa votó acuerdos, leyes y reformas constitucionales en favor de la soberanía energética, los ministros de La Corte designados por el PRIAN decidieron dar la contraria y otorgar amparos, sentencias y resoluciones contrarias al mandato de la representación legislativa del electorado.
Cuando se decide que la ruta de la cuarta transformación habría de encarar el desafío de la Reforma Judicial para introducir una política de justicia para todos, justicia expedita y justicia para que los ricos influyentes paguen sus impuestos de acuerdo con la ley, la Corte y sus ministros decidieron proteger sus privilegios y la impunidad de los grandes defraudadores fiscales, como el caso de Salinas Pliego.
Además, la impartición de justicia, en sus instancias regionales y locales, han dejado una secuela de cientos de miles de asuntos sin resolver, injusticias que prevalecen en el tiempo, pues hay multitud de personas en prisión esperando sentencia, hay muchas familias esperando una compensación por daños y perjuicios sufridos, sin que se resuelva, porqué el más fuerte, generalmente el agresor, el abusivo, el defraudador, el extorsionador, el causante de los agravios tiene el abogado con las “influencia$” necesarias para dilatar o evadir la justicia.
La esperanza en la Reforma Judicial está en que la justicia se haga y se haga bien, en que se gane la confianza de la ciudadanía, en que sean incorruptibles para que erradicar la impunidad prevaleciente.
Ahora inicia una nueva era de la historia en la impartición de justicia, los que heredaron el poder judicial de los gobiernos neoliberales serán remplazados por nuevos cuadros que surgen de la desconfianza en la justicia corrompida, del hartazgo por la impunidad y de una Reforma Judicial que convocó abiertamente a los interesados en participar y postularse al cargo de jueces.
El electorado interesado en participar decidió el cambio de jueces, con intuición y con la esperanza de que se mejorarán o corregirán las malas prácticas en la impartición de justicia y aunque haya sido un experimento histórico con muchos imprevistos, los mexicanos dimos un gran paso hacia la Justicia para todos.
La esperanza del electorado en la regeneración del Poder Judicial es que prevalezca la honestidad y la justicia expedita, de acuerdo con los principios de legalidad, equidad y bienestar de las víctimas. Una justicia que sancione a los culpables, sin importar cuánto poder económico haya en los que resulten culpables.
Habrá que estar atentos a que los órganos disciplinarios y administrativos de los procesos judiciales provean de los recursos necesarios para que la justicia se haga efectiva y eficiente. También, para que sancione, corrija y castigue el comportamiento indebido del personal y de los juzgadores que caigan en la tentación de la corrupción y las malas prácticas.
En Tamaulipas hemos sido testigos contemplativos de la corrupción y víctimas del abuso de poder de funcionarios públicos sin escrúpulos, que han dejado una estela azul de impunidad, blindada por fiscalías y jueces que han actuado obstaculizando la justicia, con aroma de complicidad y beneficios compartidos y evidenciados en sus ilegítimos patrimonios.
Tania Contreras, ahora Magistrada Presidenta del Supremo Tribunal de Justicia y el nuevo poder judicial estatal tienen la obligación y la oportunidad histórica de recuperar la confianza de la ciudadanía y el posicionamiento de la justicia en la sociedad como un bien público.
La nueva era de la justicia está iniciando, la historia está por escribirse y su futuro depende en gran medida de la confianza que cultive cada juez, cada ministro a través de sus sentencias.
Numeralia Judicial:
- Cantidad de bienes que tuvieron que “aparecer” y regresar los jueces y ministros después del inventario definitivo del 31/julio/25: 3,369.
- Cantidad de juicios y asuntos pendientes que heredan los nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia 1,440.
- Cantidad aproximada de asuntos pendientes de toda la judicatura federal: 600 mil.
Fuente: Sistema de Indicadores de la SCJN, corte 25 de agosto de 2025.