“Abogado, juez y doctor, cuanto más lejos, mejor…”
Frase popular
Cuando usted abra las presentaciones vía internet de los candidatos a jueces y magistrados en Tamaulipas, no se sorprenda.
En esa maraña de nombres, en su inmensa mayoría tan desconocidos como el apellido del terrible Pepito, podría haber aspirantes que podrían aparecer con identidades rimbombantes como “El paladín de los pobres” o “Luz de la ley”. También, si no tienen devaneos de ese tamaño, tal vez pueden estar registrados con apodos menos excéntricos, como “Azote de los criminales”; tal vez algo romántico como “El Hada del Derecho” y hasta por ahí, dando rienda suelta a la imaginación y en lenguaje más popular, “El Zorro de los desamparados”. Ya
¿Le provoca risa o extrañeza lo anterior?
Bueno, pues todo puede suceder después de que los consejeros del Instituto Electoral de Tamaulipas validaron que los candidatos a los cargos del Poder Judicial en el Estado puedan buscar el voto con un alias. Ya en el plano federal la infumable Lenia Batres se autonombra como “La Ministra del Pueblo”, con lo que al parecer todo motejo será válido.
Quiero pensar, para tratar de dormir tranquilo, que la mayoría de los candidatos y candidatas tienen un mínimo de respeto a la investidura que buscarán en las urnas y la dosis necesaria de dignidad profesional para ofrecer su nombre y apellidos al escrutinio de los ciudadanos, sin ocultarse detrás de ganchos publicitarios que buscan atraer la simpatía, no la credibilidad de la sociedad.
¿En qué medida se puede conceder la confianza necesaria para aplicar la ley en quien en lugar de su nombre utiliza motes para ser juzgador?
Parece obvia la respuesta.
Así que, como dice Cantinflas en la película El Bombero Atómico al rescatar a una damisela, “déjenme que ya me piqué”, ya encarrilado su servidor tiene sus propuestas propias para seguirle el juego a tan disparatado escenario electoral.
¿Qué le parece ponerle también apodos a los códigos que van a aplicar los jurisconsultos venideros?
Pues ahí van:
¿Qué tal la Ley del Monte para el Código Agrario?
¿Tal vez la Ley del Cash en el Mercantil?
¿Qué le parece la Ley del Tío Lolo para los juicios laborales?
¿Quizá la Ley del Ahí se Va en el terreno Civil?
Podríamos seguir en tan sabrosa como inútil pérdida de tiempo, pero no vaya a ser que esta cauda de cretinismos y desbarres le vaya a gustar a alguien con poder y se le ocurra aplicarlos.
Sonrojado de vergüenza por tantas tonterías propias y ajenas, aquí bajo la cortina de este espacio.
Que tengan un buen fin de semana…
X: @LABERINTOS_HOY