Tecnología, centralización de datos y una sola vacuna, (Pfizer, la más segura, basada en evidencia científica) fueron protagonistas de la campaña más exitosa del mundo, en Israel. Además de garantizar a cada ciudadano vacunado comprobante digital para acceso a bares, eventos deportivos, culturales o restringirlo a quienes no lo están; es la clave para identificar el comportamiento de la pandemia en ese país y lograr regreso a clases presenciales seguro, ya que sólo se autoriza cuando 70% de los estudiantes mayores a 12 años completan su inmunidad.
La centralización de datos de vacunación permite a la autoridad sanitaria identificar que esta cuarta ola es la de los no vacunados, pues representa 99% de contagios. Y la mitad de este 99% se encuentra entre niños menores de 12 años, ya que la farmacéutica aseguró que su vacuna contra covid-19 es efectiva en 90.7% en edades entre 5 y 11 años, de acuerdo con un ensayo en el que participaron 2 mil menores) La centralización de la información permite analizar datos diarios, de tal forma que las políticas de salud pública y de contención de la pandemia estén basadas 100% en estadística. Que 50% de niños menores de 12 años sin vacuna, estén contagiados es desafío muy grande. Aunque la mayoría no enferma de gravedad ni requiere hospitalización, impide acabar con la cadena de transmisión de contagio, por lo que decidimos acelerar la aplicación de la tercera dosis de la vacuna.
En Israel, de 9.5 millones de habitantes, millón y medio de adultos no se vacuna ni siquiera con una dosis. Otra decisión que tomó Israel en su plan de vacunación fue seleccionar una sola farmacéutica para inmunizar a su población, eso permitió ser un microcosmos para Pfizer y saber cómo funciona su vacuna en un país con una base centralizada de datos y un sistema de salud organizado y basar sus resultados 100% en estadística. “Esto es valiosísimo, porque aquí se vio que 6 meses después de la segunda dosis, se reducía la cantidad de anticuerpos y hacía falta un refuerzo o tercera dosis, algo que no se sabía de antemano. Eso permite conocimiento al mundo, para que aprenda a manejar mejor esta situación y se logren salvar vidas.
Israel decidió vacunar con Pfizer-BioNTech, para simplificar el plan de vacunación y entender cómo funciona la inmunización; y porque es la vacuna más segura, de acuerdo con evidencia científica. Además de cortar la cadena de transmisión de contagios, salva vidas. Israel es de los países con una de las tasas más bajas de mortalidad. Ahí, con 9.5 millones de habitantes se han registrado 8 mil 039 muertes oficiales. México lleva más de 286 mil muertes, con una población de 128 millones.
Las conclusiones del comportamiento de las vacunas surgieron por la centralización de datos de más de 5 millones de vacunados en Israel. Los cuatro fondos de salud pública que agrupan 100% a la población: Clalit, 52%; Maccabi, 25%; Meuhedet, 14%; Leumit, 9%, fueron clave pues alimentan la base de datos de vacunados. La vacunación se registra automáticamente en un sistema de datos compartido y universal, que facilita que una persona no se vacune varias veces y esa base de datos genera certificados de vacunación o QR, para garantizar acceso a actividades en recintos cerrados, como culturales, deportivos o a bares y restaurantes.
México no estaba listo ni planeó la vacunación. No hubo desarrollo tecnológico e improvisó un sistema sin ruta, marcado por el retraso en la captura de datos, sin correlación entre datos de alta y de vacunación, pérdida o extravío de información o ausencia total de captura.