La visión de mi padre y mi tío Homero del futuro de México era autocracia, dictadura, violencia y pobreza generalizada. Mi tío Homero decía, no necesitamos pelear con los gringos, con el tiempo, millones de mexicanos recuperarán lo que nos quitaron (sus remesas son el mayor ingreso de divisas) El daño económico que generó Echeverría requería, en opinión de mi padre, de 20 años de política contraria para recuperar el terreno perdido. Eran tiempos de $12.50 por un dólar, actualmente es de poco más de $20 mil por dólar, la política, parecida a la de Echeverría, y aunque López lo niegue, la deuda externa crece a ritmo de un billón de dólares por año.

A mayo 2022 administración, supera los homicidios de Calderón y casi gana a Peña. En la primera mitad de este sexenio, pasamos de 41 mil a 100 mil personas desaparecidas, crecimiento en 3 años del 150% de víctimas de desaparición forzada o involuntaria, comparado con lo ocurrido desde marzo de 1964 al 30 de noviembre 2018. Lo mismo ocurre con violaciones graves a derechos humanos y los hechos probados de tortura por autoridades federales: en 3 años se rebasa lo ocurrido en las dos anteriores administraciones, ¿por qué?, la política de seguridad es la misma, no cambia; “abrazos, no balazos” es un discurso, no son acciones.

La estrategia de López es la misma de Calderón y Peña: centralizar la seguridad y aumentar la presencia de fuerzas federales en el territorio. Si los resultados de esta administración son peores que los del pasado, se debe en parte a que los delitos y grupos criminales han evolucionado y vuelto más complejos y en parte, porque en las anteriores administraciones había estrategia clara y hoy no. El Gobierno carece de objetivos claros, de acciones específicas para lograrlos, mecanismos para autoevaluarse y de colaboración con autoridades nacionales e internacionales. Se suma la falta de acciones, investigaciones e independencia de la fiscalía general de la República, el manejo cuestionado de la misma por parte de su titular, y la clara ambigüedad del Presidente en cuanto a lo que algunos señalan como cercanía y/o alianza con la delincuencia organizada.

¿Cómo esperar que guardias nacionales, militares, ministerios públicos o fiscales logren prevenir, reaccionar o combatir los delitos? Ante el resultado electoral del pasado 5 de junio, Morena controlará las dos terceras partes del territorio. Detenta el Ejecutivo federal; es la mayor fuerza política en el Legislativo federal y los congresos locales y ha nombrado un número de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para su dominio. Si el delito sigue creciendo es por la falta de proyecto, incapacidad y lo que se refiere complicidad del Ejecutivo, sus funcionarios y correligionarios partidistas con la delincuencia organizada. Quienes sufriremos en los efectos del fracaso de este Gobierno en materia de seguridad y justicia somos los ciudadanos. Quienes pagaremos por dichos errores seremos víctimas directas o indirectas de robos, extorsiones, secuestros, lesiones, violaciones, homicidios, feminicidios; víctimas que el Estado no podrá proteger y a quienes no garantiza el acceso a la justicia.