No es la primera vez que ANDRÉS MANUEL responde a preguntas sobre el presidente PEÑA NIETO, como probable sujeto de investigación por presuntos actos de corrupción.

Los medios no se cansan del tema. Sale a colación tarde o temprano, debido a que el candidato de MORENA ha convertido la lucha anticorrupción en su bandera favorita.

Cuando promete que (si el voto le favorece) luchará con terquedad, necedad, perseverancia, rayando en la locura y de manera obcecada contra la inmoralidad gubernamental.

Con la misma insistencia presume de ser honesto, virtud que niega a sus oponentes (MEADE, ANAYA) con aquella frase excluyente de: “¡No somos iguales!”

Amén de que, en los últimos años, la opinión pública ha otorgado un amplio espacio a casos como el de ODEBRECHT, Grupo Higa y la multicitada casa blanca, involucrando en ello al jefe de la nación.

La paradoja es que AMLO, el enemigo de la corrupción, proclame también el perdón y descarte cualquier intención de implementar algún castigo para PEÑA y su equipo.

Con la misma fuerza, condena la inmoralidad y anuncia la misericordia, habla de “serenar al país”, con el recurrente además de “amor y paz”.

Más interesante resulta cuando alude a una fantasmal disposición constitucional que supuestamente impediría someter a juicio a un mandatario.

Estamos, sin duda, ante otra de sus monumentales falacias, sin que algún abogado se le ponga enfrente para decirle que está equivocado.

Haciendo memoria, así lo viene declarando desde aquellas dos entrevistas sucesivas, primero a JORGE RAMOS (mayo 14, 2017) y luego a CARMEN ARISTEGUI (mayo 25, 2017).

Con el estilo frontal que le caracteriza, RAMOS le preguntó entonces:

– “¿Si llega a la presidencia va a enjuiciar a PEÑA NIETO y a su esposa por corrupción?”

A lo que AMLO retrocedió con voz temerosa…

– “No, no, no”, dijo, “eso lo van a hacer los jueces”.

Insistió el comentarista:

– “¿No es esta una amnistía anticipada?”

– “No”, dijo, asegurando luego que nunca se ha reunido a solas con el presidente.

Nueve días después, abordado telefónicamente por ARISTEGUI, se mostraría igual de taimado, haciendo intentos por terminar la entrevista y provocando el reclamo de la conductora:

– “No te vayas… oyeme, no corras, ANDRÉS MANUEL, no me corras, déjame te pregunto…”

El señalamiento de CARMEN fue directo y al grano:

– “Vi tu entrevista con JORGE RAMOS y cuando te preguntó de la casa blanca… te cuesta trabajo contestar lo que te está preguntando, respecto a si irías por PEÑA NIETO por corrupto. Te cuesta trabajo.”

– “No es mi fuerte la venganza”.

– “¿Pero cuál venganza, si se pide investigación y justicia, pero no venganza?”

– “Se va a acabar con la corrupción.”

– “Qué bárbaro, pero dime si sí o si no.”

– “Tú sabes que, desde la Constitución de 1857 se establece que no puede ser juzgado el presidente en funciones por corrupción.”

– “¿Y el ex?”

– “Está en el artículo 108 de la Constitución.”

– “Se entiende como una protección al presidente en funciones, pero ya que terminan sus mandatos, ¿qué?, ¿siguen siendo intocables?”

– “No se puede.”

– “¿Para un ex presidente?”

– “Sí, sí, consúltalo.”

Viene a cuento todo el tema porque este miércoles, en rueda de comentaristas con MILENIO TV conducida por CARLOS MARÍN y CARLOS PUIG, el candidato de MORENA insistió tercamente en su fantasía del 108 constitucional.

Ello, aunque basta con abrir nuestra Carta Magna en el artículo citado para comprobar que tal desplante carece de fundamento.

Cito textual, el único párrafo donde se habla de ello:

“El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común” (punto).

Ninguna referencia a expresidentes, jamás dice que tal protección sea de por vida. Triquiñuelas de candidato.

 

BUZÓN: lopezarriaga21@gmail.com

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