Porque no hay una pauta que marque el sentido de las emociones de un ser cautivo que no sabe mentir, y que en la necesidad de compartir a quien le inspiraba compasión, llenó el vacÃo de su alma con la voz callada del sentir de las palabras escritas, que describen con claridad el resultado de la ecuación  que determina la causa del reÃr y del llorar, y otras más, cuando se vaga inexpresivamente buscando la razón del porqué del involuntario quebranto, del porqué de la alegrÃa, de porqué, a pesar del amor, se puede entrar en agonÃa; por eso, regresando a la inocencia  del ayer, sabÃa que algo me faltaba,y buscaba con afán lo que necesitaba el corazón.
Mira pues la diferencia en este diálogo de la conciencia, que rescata del ayer, la simpleza y claridad de lo que pasaba:
A la mujer que amo
Era el viento tibio de una tarde cualquiera,
la piel de mi cara parecÃa sonrojarse
como si tuviera vergüenza;
di vuelta en una esquina y con unos ojos me topé,
¡Qué ojos tan grandes y hermosos me miraron!
mil vuelcos dio mi corazón;
en ellos vi mi delirio por el amor
que hasta entonces conocÃ,
mis pasos se tornaron lentos
y mi respiración también,
sólo sentà en mi pecho
el ritmo de mi loco corazón.
Supe tu nombre ¡oh, bella flor!
y en mi mente todo pasado se borró,
sólo el presente y tu nombre persistÃan.
Llegó mi mano temblorosa a rozar la tuya,
y como si existiera una gran fuerza,
en un segundo las unió. (1969)
Ahora ve la diferencia en un presente lleno de retos y donde igualmente lo único que podrás apreciar, es que a pesar de los años y de los daños, aún se ve la misma claridad:
IlumÃname siempre con tu amor
No sé qué te hiciste mujer, pero ayer,
ayer iluminaste mi dÃa,
será que te diste un tiempo para verme,
para verme con la misma alegrÃa,
y eso, eso me devolvió  a la vida.
Y mira que no soy ni  he sido tan exigente,
cómo podrÃa serlo contigo, si me has dado todo,
todo lo que te he pedido y más,
pero perdóname, es que a veces estoy confundido
y es que sin ti, Â sin ti y sin tu amor me siento perdido.
Ayer estuviste radiante, y cuando te hice un cumplido,
me dijiste que no fuera mentiroso y farsante,
que ya estábamos viejos para esos desplantes,
pero cómo me dices eso, si estos ojos que te vieron,
son los que te acercaron a mÃ, cuando estabas tan distante,
ayer, te acuerdas, ayer cuando iluminaste mi vida
y le diste tu energÃa, para seguir viviendo,
para seguir amándote eternamente, amada mÃa.
No sé qué te hiciste mujer, pero tu cuerpo, Â
tu cuerpo reflejó el amor
que te he entregado todos los dÃas.
Y sé que estás ocupada con las cosas de los crÃos,
y que los nietos, te son indispensables;
te diré que yo también los quiero,
pero, pero más te quiero a ti,
porque desde que nos conocimos,
me dijiste que tú eras para mÃ.
No te intimiden mis palabras,
asà ha de sentirse, cuando se llega a viejo,
es sólo un egoÃsmo ficticio,
son sólo palabras para chantajearte,
para que no te olvides de mà mañana,
mañana, cuando ya sea viejo. (2022)
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