Finalmente, se llegó la temporada de huracanes, y con ella la esperanza de que volviera el agua a Ciudad Victoria, pero al parecer ni con este tipo de fenómenos meteorológicos podremos regular un servicio deficiente, negligente e inoperante.
Los chascarrillos han estado a la orden del día en las redes sociales, publicaciones de todo tipo que ponen de manifiesto el desencanto de la población por no tener un servicio básico, y porque se han establecido otras prioridades antes de dotarnos del vital líquido.
Cierto: no se pueden hacer todas las cosas con poco dinero, y menos cuando éste se está desviando para intereses familiares y personales, pero suponemos que el agua es más importante que otras cosas que, seguramente, veremos ensalzadas en el primer informe del doctor González Uresti, quien funge, como dijeran los medios nacionales, como supuesto alcalde.
La cuestión es que vino la primera de las tormentas tropicales y nos dejó prácticamente nada en la capital, pero sí muchas recomendaciones que tenemos que considerar siempre que se entra en estos tiempos difíciles, porque los huracanes y tormentas tropicales, como si fueran políticos de partido o de una transformación, no tienen reputación, no tienen palabra ni honorabilidad, y lo mismo vienen con una trayectoria este-oeste que cambian drásticamente al norte o suben o bajan su velocidad, se estacionan y toman más fuerza… o se disuelven.
Y para ello, Protección Civil nos hace una serie de recomendaciones, entre las que destaca la referente a estar pendiente en redes sociales que se emplean hoy en día como si fueran el único medio de información, pero que en estos casos funcionan de maravilla.
Nos llegan los avisos y bueno, ya dependerá de nosotros colaborar para que no haya datos que lamentar, ni estadísticas mortales.
No se puede detener un fenómeno meteorológico, pero sí se pueden evitar daños a la integridad de las personas, que depende, insistimos, de cada uno de nosotros.
Las tormentas tropicales dejan muchos daños a su paso, pero hay que entender que somos mucho más los beneficios que arrojan, principalmente cuando hemos vivido una sequía histórica, con temporadas de calor que realmente no san hecho pasarla mal..
Entonces, Victoria se quedó con las ganas de las lluvias que, aunque nos inundan los vados existentes y algunas zonas de la ciudad, habrían dejado más beneficios.
Es muy importante colaborar con la autoridad que poco hace, y evitar arrojar desperdicios en vía pública, porque se tapan las alcantarillas y vienen inundaciones que dejan pérdidas millonarias siempre que llegan, porque no estamos preparados para ello.
Suponemos que esté personal del Ayuntamiento realizando labores de mantenimiento y conservación a los drenes existentes para conjurar problemas, y que todos loe podamos ayudar.
Por otra aparte, y volviendo con el problema del agua, no entendemos qué espera la autoridad para tratar de atender esto que será la base política, entre otras cosas, para los próximos comicios locales. La gente está enojada, molesta, y solo quiere llegar a casa, abrir el grifo y que salga líquido.
Hay quien ha invertido parte de su presupuesto patrimonio en la construcción de cisternas o instalación de tinacos, que es lo que tendremos que hacer todos, nos guste o no, por la problemática natural de la capital tamaulipeca que sigue llenándose de gente, que no es lo mismo que creciendo.
Enfrentemos nuestra realidad, en principio, asumamos la problemática propia de los ciclones, y por otra, enfrentemos el problema del agua de la mejor manera posible, porque tarde o temprano lo tendremos que hacer.
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