Me dijeron que he cambiado, que ya no soy el mismo, que de ser ameno y divertido, de pronto me volví amargado; bueno, hasta yo estoy admirado de no haberme dado cuenta de lo que esta pasando; y es que, cuando uno se aferra a pensar que todo lo que le pasa es normal, aunque te esté haciendo daño, y tienes la confianza de que si así fuera, pudiera ser atendido con toda oportunidad, cuando las personas que te aman o te estiman, por amor o por amistad, te pueden abrir los ojos, para no dejar caer tu otrora envidiable y buena autoestima.

No quiero creer que con el tiempo, las personas se vuelve quejumbrosas debido a la mayoría de edad, o que sea, tal vez, por la  aparente lentitud con que se mueven o piensan, la causa que pueda transformar tu ser, así nada más, y pasar de carismático y divertido, a tóxico y aburrido; mucho menos, quisiera pensar, que el afecto o la estima, puedan deberse a un valor especial o agregado; siempre he creído, que el que te ama de verdad, te va aceptar como eres toda la vida; y que si algún interés unió sus mutuos destinos, este no fue mayor que el desear para ti la felicidad.

Me dijeron que he cambiado, pero no me lo dijeron de frente, simplemente, todo se fue dando con el paso del tiempo, y fue probablemente este el culpable de que hoy, los que me amaron ayer y los que me estimaron, piensen diferente; porque posiblemente, nadie quiere estar cerca de un árbol que perdió sus hojas, porque de nada puede ya proteger al que quería otras cosas, porque siempre habrá quien quiera estar bajo la sombra de un fuerte roble, cuando sientan que ahora son otras cosas las que son de su interés, y le importan.

Me dijeron que he cambiado y tal vez tengan razón, pero también puede ser, que estén equivocados, porque el cambio que siento yo, me ha hecho más fuerte de lo que era en el pasado, porque nada puede compararse a la sabiduría que con el paso de los años, para bien, mi amado Dios me ha obsequiado.

 

Correo electrónico: enfoque_sbc@hotmail.com