En nuestra infancia y juventud se nos inculca honrar la memoria de personajes distinguidos que les llamamos héroes nacionales o universales, en donde se pondera rasgos que en el paso de la vida dejaron huella permanente para la sociedad, hay algunos que sin duda nos han dejado legado de beneficio a la humanidad, entre ellos los hay, quienes han sido merecedores del premio nobel en distintas áreas del saber y la cultura, así se hacen dignos de esa premiación en Medicina , Física , Literatura, en la paz, etc., también los ha habido en el terreno militar, aunque admitiendo que en este campo no siempre hay total acuerdo sobre la actuación de algunos de ellos, recordando el conocido dicho “ la historia la suelen escribir los vencedores; dicho por intelectuales famosos ,que cuando un hombre sabio fallece, es como si se hubiese quemado toda una biblioteca “ por el enorme acervo de conocimiento que esa persona llego acumular; debemos de reconocer que en cualquier lugar puede haber personajes dignos de recordar y de ponderar sus acciones humanitarias y a ese respecto quiero referirme a que aun en comunidades pequeñas como nuestra Ciudad Victoria hemos tenido claros ejemplos de esos ciudadanos ejemplares.
Ha este respecto me concretare al gremio médico, hace un tiempo escribí un artículo periodístico que titule “ los médicos de mi pueblo” en donde hacía mención de un número considerable de médicos de nuestra región que han beneficiado a la población local y regional ,con riesgo de cometer omisiones señale tan solo algunos de esos médicos, incluí desde cuando nuestra población local era muy pequeña, todos esos médicos eran de practica general que trabajaron con tal pasión por ayudar al prójimo que se convirtieron en profesionales, autodidactas y capaces de realizar hazañas médicas increíbles capaces de resolver la mayoría de los problemas que se les presentaba, haciendo acopio de revisiones científicas, estudios e incluso las llamadas juntas médicas para resolver casos de naturaleza infecciosa (la época de la fiebre tifoidea, del tifo , la tosferina , la malarie, la tuberculosis y la lepra por citar algunas).
Paulatinamente han venido llegando médicos especialistas con entrenamiento universitario y clínico que vinieron a ayudar a cientos o incluso miles de enfermos; a manera de ejemplo citare algunos; al Dr. Raúl Bermudez Ruiz y Dr. Félix Garza Salas en el área de cirugía ,al Dr . Tomas Guillen y Oscar Álvarez Meléndez dentro de los primeros Ginecobstetras, al Dr. Oscar Gutiérrez Guillen y Dr. Alberto Rhi Sauci en área de Medicina interna y sin duda en el área de especialidad pediátrica sobresale la figura y actuación del Dr. Francisco Javier Hernández Ayala, QEPD.
En esta ocasión quiero rendir tributo y reconocimiento a la labor sin precedentes del Dr. Hernández Ayala, un médico que salvo a miles de niños de diversos padecimientos, con enorme dedicación y profesionalismo atendía a todos sus pacientes y sus familias, originario de nuestra tierra, graduado por la UNAM y especializado en hospitales del centro médico nacional del IMSS. Desde los tempranos 70´s vino a residir a nuestra capital, su fama trascendió a todo Tamaulipas, su dedicación y esmero por resolver casos fue impresionante, formo las unidades de pediatría en hospitales del IMSS, del Civil de esta ciudad y de la clínica ISSSTE, con una impresionante capacidad de trabajo donde demostraba singular certeza clínica aun con carencia del respaldo de laboratorio adecuado, otra característica de Pancho como le llamábamos era su discreción y parquedad expresiva , siempre respetuoso con la gente y congeniaba con sus colegas, Por largo tiempo en sus breves momentos de descanso participaba con el equipo de futbol del Hospital civil. Nos deja un enorme legado de ejemplo para las generaciones futuras de médicos en su disciplina, ética y profesionalismo, características que las nuevas generaciones medicas deben de retomar.
Respetuosamente le enviamos condolencias y solidaridad en estos días de pesar a su esposa Amalia y a sus 5 hijos Dr. Francisco, Judith, Alma, Carlos y Dr. Javier, a pesar de la tristeza lógica que envuelve a su partida tenga la familia la enorme satisfacción de haber tenido un padre, un médico y un ciudadano ejemplar, acorde a nuestra fe cristiana católica estamos convencidos que nuestro Señor lo recibe con los brazos abiertos.
Hasta luego Pancho..