La supuesta residencia veraniega del alcalde Lalo Gattás en la playa de Miramar de Cd. Madero, cuya posesión ha negado el edil, se resuelve su autenticidad fácilmente con una búsqueda en el Registro Público de la Propiedad, y eso cualquier ciudadano lo puede averiguar, claro que hay buscadores profesionales que mediante una cuota le facilitan el trabajo. En caso de que la transacción esté finiquitada ahí tiene que aparecer el No. de finca, y nombre del propietario y fecha de adquisición.
El alcalde Gattás no ha sido muy cortés con el gobernador como para pedir el favor de ocultar esa información ¿o sí?
Pero, al parecer hasta ahora sólo existe una intensión de compra, posiblemente el inicio de una transacción, es decir sólo dio un anticipo (se habla de dos MDP), en ese caso la operación puede no avanzar, podrá cancelarse y sólo habrá quedado en “buenos deseos” de los “amigos” de Gattás, borrón y aquí no ha pasado nada.
La cuestión es que de existir esa escritura, no va poder evitarse que salga a la luz pública, porque siempre hay un “yo lo vi”, burócratas que sostienen buena relación con personal adscrito a las notarías públicas, aunque oculten el documento, no faltará el comentario y de ahí la bola de nieve crece.
Por otra parte los cuestionamientos no son en este momento en torno a dinero sustraído del Ayuntamiento, sino de dónde salió ese dinero, los dos MDP o los once MDP, o bien, quien es el generoso patrocinador de la transacción.
Cuando apenas lleva la administración municipal cuatro meses y escasos días no se puede pensar, que el capital de la transacción provenga de las arcas (¿del pago del predial?). Comentamos este tema aquí, porque ya alguien difundió “que por eso el Ayuntamiento de Victoria no tiene recursos para tapar baches, mucho menos para pavimentar calles o atender el problema de la falta de agua”. Pero por elemental lógica, no pudo salir de las arcas sin contraer un gran riesgo, está bien que sean principiantes pero no tontos.
LOS OBSCUROS INGRESOS DE LOS MUNICIPIOS
Dejando atrás el caso de Gattás, la realidad es que las administraciones de cualquier municipio tienen ingresos que no pasan por la caja. Cada vez que autorizan un nuevo fraccionamiento residencial, una pequeña cuota se paga en la caja, pero la firma de aprobación tiene otro costo que no ingresa a las arcas y representa mucho dinero. Y lo mismo le podemos decir de los permisos de construcción, se reportan menos metros, el inspector se hace de la vista gorda, claro por instrucción superior, y entra menos dinero a la caja pero algunos billetes a los bolsillos del funcionario.
Y lo mismo le podemos decir de la carta anuencia que extienden los municipios para el trámite de un permiso de venta de alcoholes, el interesado paga una bicoca en la caja, pero la firma le puede costar entre 50 mil, 80 mil pesos o más dependiendo de la importancia de la ciudad. En el caso de Victoria hasta hace poco la cuota era de 60 mil, pero en Tampico, Reynosa o Nuevo Laredo es mucho más alta.
Esos son los ingresos “limpios” que puede obtener el círculo cercano a un alcalde, porque hay otras percepciones “carmonizadas”, que usted se puede imaginar.
AMÉRICO Y EL TRUKO AL FIN DEL PRIMER ROUND
Este jueves 10 de febrero concluye la etapa de precampaña, y si bien hubo escurrimiento de información fuera de los círculos panistas, morenistas y aliados, así como de Movimiento Ciudadano, no podemos perder de vista que las acciones fueron hacia el interior de los partidos. Quienes se empeñan en ver un ganador y un perdedor con miras a los comicios del 5 de junio están desdibujando el proceso de la elección Constitucional.
Es cierto que los precandidatos en plena acción mostraron sus fortalezas y debilidades, aciertos e incompetencias. Pasaron al pizarrón y obtuvieron una calificación de los observadores, desde el tradicional “panzazo”, hasta el sobresaliente, pasando por las “medias tintas”. Pero ninguno de los tres puede decir que ya tiene la gubernatura en la bolsa, y quien o quienes estén en la “lona”, tienen tiempo de levantarse; o si lo quiere en términos beisbolistas, no hay triunfador hasta la novena entrada, y aquí. digamos que van en la tercera.
Y, ojo, todavía ninguno de los tres han sido proclamados candidatos. Seguramente todos serán confirmados, no hay elementos de juicio como para pensar que Alejandro Rojas Díaz Durán pueda desbancarlo, o que Maki Ortiz logre un triunfo en los Tribunales. La cuestión es que hay respetar los tiempos.
En cuanto al proceso que acaba de concluir, está muy claro que César Verástegui tiene buen equipo para dar la batalla en la campaña constitucional, esos elementos estuvieron a prueba en esta etapa y dieron resultados. Hay rumbo, y el hombre es del pueblo, más identificado con las clases populares que con las de medio pelo y clase alta. Y la mayor parte de los votos de la gran pirámide social, están en los pisos de abajo, y se va reduciendo la población de acuerdo al nivel socioeconómico y cultural.
En cuanto a Américo Villarreal Anaya este ejercicio le permitió ver los vacíos de su equipo, con un supuesto coordinador virtual que opera a distancia y que tiene más de cinco años fuera del estado. Hasta ahora el médico no le ha querido invertir lo necesario, ha estado a expensas de JR Gómez Leal, pero “al amigo y al caballo no hay que cansarlo ni apretarlo”.
La política no camina sin dinero, antes en tiempos de los Virreinatos priistas el gobernador en turno financiaba al entrante para que este le cuidara las espaldas, eso ahora funciona en uno de los bandos, pero no cuando se es oposición, que es el caso de Morena.
En fin, a estas alturas el doctor Villarreal ya le debe haber calculado el agua a los camotes y él, mejor que nadie, conoce sus posibilidades. Y si él no aporta su propio capital, estará desalentando a los “inversionistas” de su entorno.
En fin, este es el final del primer tiempo.