Parece que el Partido Acción Nacional empieza a aprender la lección en Tamaulipas.

Por lo menos así se percibe en uno de los registros concretados el fin de semana pasado en la sede de ese organismo, para buscar una presidencia municipal: La de Tampico.

El manejo de esa plaza ha sido un dolor de cabeza permanente para el neopanismo que reina en el poder estatal, gracias si así se puede decir, al distanciamiento entre la nueva generación albiceleste y la alcurnia histórica de ese instituto aposentada en ese municipio sureño, animadversión innecesaria alimentada en buena medida por “tamaulipecos por decreto” como el asesor de asesores oficial y extraoficial, Víctor Sáenz.

Para fortuna del PAN estatal, al parecer ahora ganó el sentido común.

La figura de Jesús Nader Nasrallah como aspirante a la alcaldía jaiba representa más que una candidatura del color mencionado, un puente entre quienes casi vieron nacer o por lo menos crecer al panismo en Tampico y quienes ahora lo controlan desde el norte y centro del Estado. Y añadiría, un sólido puente.

La inclusión en el proyecto de Nader, de personajes con profundas raíces históricas en esa facción, como Lucía Irene Alzaga y Sergio Salazar –me enteré al leer la columna de la excelente periodista Ana Luisa García– no significa sólo ese par de nombres sino también la incorporación a esta aventura electoral, si se opera con la diplomacia necesaria, de figuras tan influyentes como los ex alcaldes Arturo Elizondo Nájera y Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere

Y en especial me llama la atención otro apellido: Heredia.

Esta familia, ahora representada por Antonio en el presunto equipo del todavía Secretario de Administración en el Estado, es uno de los íconos de la aristocracia empresarial tampiqueña y bastión del panismo en esas latitudes, pero también era uno de los frentes más torpedeados por el antes citado asesor de asesores, lo cual había generado un alejamiento entre el poder en turno y los capitales porteños, que agrietó en forma absurda la relación entre los dos entes.

Insisto: parece que la prudencia, que suele ser consecuencia de la inteligencia, dominó a la cerrazón y al dañino desconocimiento del “Quién es Quién” en el circulo de Acción Nacional doméstico.

Si triunfa Nader será sin duda una gran ayuda para dejar atrás excesos que pudieron prevenirse y en lugar de ello, se exacerbaron. Digo, si no se atraviesa un pequeño demonio en su camino…

 

GANANCIA, EN LUGAR DE PÉRDIDA

Y a propósito de Tampico, una percepción generalizada entre los empresarios locales es que el hecho de haber dejado en el camino a César Amor en la carrera por el Palacio Municipal jaibo, es una pérdida lamentable para el desarrollo de esa región.

No tiene que ser así en mi opinión. Me parece que si llegara a triunfar Nader, con seguridad practicaría una política incluyente como ya la exhibió en la gente que está cerca de su proyecto, lo cual abriría una puerta a Amor para servirle a sus paisanos y en general a quienes residen en ese rincón tamaulipeco.

Y me parece que esa visión la comparten buena parte de los dineros y sociedad porteños…

 

DOS POSIBILIDADES

Ligada también con Tampico por sus orígenes, pero con otro objetivo, es la precandidata a Senadora, María Elena Figueroa.

La dama en lo personal es un encanto, pero en el quehacer público ha sido más que evidente que no tiene las aptitudes para desenvolverse en forma adecuada. En un antecedente cercano dejó muy claro su escaso patrimonio político en el intento de ser electa diputada federal ante Paloma Guillén, en donde en apariencia logró un alto número de votos pero en realidad fueron los que siempre ha ganado el PAN en esos lares.

La duda entonces es si en realidad la ven como posible Senadora o como peón de sacrificio…

 

Twitter: @LABERINTOS HOY