Ahora si que el caos se apoderó del norte del país, paisajes hace mucho tiempo no vistos en la zona acapararon los titulares. Y es que justo cuando pensábamos que ya no nos podía ir peor después de casi cumplir un año en pandemia, llega una onda gélida dejando temperaturas extremas históricas en la región.
En Tamaulipas fue Nuevo Laredo el municipio mayormente afectado con -8 grados, seguido por Matamoros y Reynosa, aunque acá en el centro no estuvo menos peor, las bajas temperaturas calaron hasta los huesos y pusieron en jaque a autoridades de Protección Civil que anduvieron en busca de población vulnerable para resguardarla.
Por un momento nos olvidamos de la pandemia y centramos nuestros esfuerzos en mantenernos calientes, antes que llegara la CFE y dejara a al menos 4 estados sin el servicio de energía eléctrica ante la alta demanda, y el congelamiento de los ductos de gas. El tema era politizable, ¿cómo es posible que 4 estados de país se quedaran sin el suministro? Estamos hablando de la CFE, una empresa de clase mundial que no pudo con la continencia.
Más rápido que pronto los gobernadores pertenecientes a la alianza federalista lanzaron su reclamo a la luz pública, hicieron un llamado urgente al gobierno federal que dirige Andrés Manuel para fortalecer el sistema eléctrico nacional, casi 5 millones de usuarios se vieron afectados en todo el país.
Volviendo al tema de la pandemia que olvidamos solo por unas líneas, vaya disparate que se aventó, con todo respeto, el Obispo de la Diócesis de Victoria durante su misa el domingo al sugerir que quien usaba el cubrebocas era por que no tenía fe en que el Dios todo poderoso puede cuidarlo de contagios. ¡Válgame el Cielo! ¿A quién me recuerda?
No se han dado cuenta los señores que son figuras de autoridad y que todo lo que digan o hagan será tomado de ejemplo. En tiempos de pandemia, mas que nunca, debemos tener bien claro a quienes debemos de imitar y quienes simplemente debemos dejar pasar.
“Si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da abundantemente y sin reproche” Santiago 1:5
¡Cuídese! Que Dios lo bendiga

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