La ciencia, especialmente en el campo de la astronomía, en su afán de predecir la forma en que un cuerpo celeste se comportará en el futuro, ya sea en términos de su órbita, cambios en su estructura o cual será su destino final, obliga a conocer su historia, aspectos de su entorno y la influencia con otros cuerpos en relación con su gravedad. Todo esto ayuda a los científicos a saber cuál será la probable trayectoria de cualquier objeto astronómico.

El mismo ejemplo bien podría aplicarse en la vida política y social de un sistema. La historia de un Estado nos permite conocer su nacimiento, la forma en que ha evolucionado, los factores que han influido en su transformación y sus posibles cambios en el futuro.

El origen de la organización política, o lo que hoy entendemos por Estado, inició cuando se establecieron los lazos de parentesco, lealtad y modos de cooperación que surgieron en las tribus, de igual manera clasificaban a sus miembros en diferentes categorías según su papel en la comunidad. Sus lideres eran considerados revelaciones de poderes sobrenaturales, que no eran solo figuras de autoridad, también se honraban en muchos casos como seres divinos o de origen sagrado.

La democracia ateniense se definía por la participación directa del pueblo, los ciudadanos decidían directamente en asambleas. Muchas funciones públicas se hacían por sorteo, no por votación, para garantizar que todos los ciudadanos tuvieran la posibilidad de participar.

Ya en Roma la Res pública (la cosa pública) abarcó diferentes formas de gobierno, aunque el termino hacía alusión al interés público y a la administración estatal, no siempre se caracterizó por una forma de gobierno democrática en el sentido moderno. En la etapa romana de la monarquía el rey gobernaba con “apoyo” del senado. En el periodo romano de la República el poder se distribuía entre diversas instituciones. El Senado cuyos miembros eran seleccionados por una elite social -principalmente patricios y más tarde plebeyos destacados-, tenían un rol predominante en la política y sus cargos eran vitalicios. Las magistraturas eran cargos elegidos en las asambleas populares en las que solo los hombres podían votar. Sin embargo, el sistema favorecía a la clase alta debido a que su influencia en el voto era mayor. En la época del imperio romano el poder se centralizó, el emperador controlaba el ejército, y la administración, mientras que el senado se redujo a cumplir con un rol meramente simbólico.

Mas tarde, en la caída del imperio romano el poder político se fragmento, y el cristianismo toma un protagonismo central, la iglesia no solo influye en vida espiritual de las personas, sino también en la toma de decisiones políticas. Esto es evidente en la descripción que nos brinda la historia en lo concerniente al Sacro Imperio Romano Germánico, así como la centralización del poder que mantuvieron algunos papas en muchos aspectos políticos y sociales.

Con la llegada del Renacimiento, la visión principalmente de Maquiavelo mantiene un enfoque más secular y estructural del poder. El “Stado o Stadi” de Maquiavelo se orienta en la estructura, organización y autonomía del poder político, separado de los principios morales y éticos ya que ante todo el Estado implica control y poder sobre un territorio y sus habitantes.

El momento de la Republica se presenta con el planteamiento de teorías políticas como Montesquieu, Rousseau y John Locke, entre otros, que transformaron la organización política de los países. Durante el desarrollo de las teorías políticas y después de la Revolución Francesa, estas concepciones transformaron las estructuras de gobierno, como la separación de poderes, el liberalismo y la consolidación de los derechos fundamentales basada en los principios de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. En suma, esta época marcó de manera significativa el modelo de un gobierno democrático y la igualdad de derechos.

Aquí es donde nos detenemos para hacernos la pregunta ¿Qué sigue?

En mis clases de derecho constitucional nos enseñaron que la gran mayoría de los países cuenta con una constitución política que describe la forma de Gobierno y Estado que éste respeta y obedece. México de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos está constituida por una […] República; Democrática, laica y federal compuestas por estados libres y soberanos […] unidos por una federación.  El pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la unión […]. El Poder Supremo de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Aprendí que uno de los principios constitutivos del Estado se deriva fundamentalmente de la división de poderes, según el cual “el poder supremo de la Federación que se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”. Asimismo, de la supremacía constitucional surge dos partes esenciales: la parte dogmática que establece los derechos humanos y garantías individuales, y la parte orgánica. que define la organización y funcionamiento de los poderes del Estado. Aprendí que una reforma constitucional no puede alterar el contenido mínimo elemental que debe tener todo texto constitucional identificados en un catálogo de derechos fundamentales y la división de poderes.

Cualquier reforma constitucional no puede contradecir los principios fundamentales establecidos en la Constitución, pues estos son la sustancia de la existencia de ésta, ya que se crearon para proteger y garantizar nuestro derechos y libertades. Los tres poderes son electos por el pueblo y encuentran su legitimidad en la soberanía popular, pero al asumir su función, lo primero que se ordena tanto al poder ejecutivo, legislativo como el judicial, es jurar cumplir y hacer cumplir la constitución. ¿Por qué es esto? Porque una vez electos por el pueblo es a la constitución a la que se deben y obligan, a nadie más.

En efecto, si bien su origen y elección viene del pueblo, al constituirse en uno de los tres poderes, su obligación ya no es a un poder que se arroga la representación del pueblo, sino es con la Constitución a la que juraron respetar y proteger. En consecuencia, este es su único deber, si no lo hacen, entonces el sistema pierde su esencia.

¿Cuándo y por qué un poder dentro de un sistema de gobierno enfrenta el riesgo de convertirse en una república distópica?  Cuando la división de poderes se debilita o desaparece, se abre la puerta a prácticas autoritarias, lo que representa un riesgo al estado de derecho. Aun cuando la república se encuentre legalmente constituida, deja de funcionar como tal, pues pierde el “equilibrio de poderes” del que tanto refería Montesquieu. Este tipo de falla en la estructura de gobierno no solo afecta negativamente a los ciudadanos, sino también a quienes gobiernan, creando un entorno inestable y perjudicial para todos, del cual no escapa ninguno de los tres poderes.  Estamos regidos por una clara división de poderes, donde su actuar tiene límites y claramente son referidos en la propia constitución. Por ello el “poder reformador” de la Constitución Política debe apegarse a estos principios originarios y esenciales.

No pierdo la esperanza, al expresar, que nuestro país cuenta con grandes personas comprometidas en las decisiones políticas. No en vano nuestra carta magna se llama Constitución “Política”, ya que es justamente la verdadera capacidad política la que debe cobrar un fuerte protagonismo en el momento actual. Es el tiempo de estadistas en la política, lideres que no solo enfrenten adversidades, sino que lo hagan con una inteligencia que combine estrategia, capacidad y lealtad a la Constitución. La historia, además de revelar lo sucedido en el pasado, nos permite reflexionar sobre lo que puede ocurrir en el futuro, cuando en una democracia un poder sin controles ni contrapesos termina abusando del poder conferido. Es tiempo que los políticos hagan buena política, es tiempo de la prudencia, empatía y la capacidad de negociar. Es tiempo de la moderación y la reflexión.