Organización Mundial de la Salud (OMS): envejecimiento activo es “el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. Un eje fundamental del envejecimiento activo es la participación.
Calidad de vida: estado en el que la situación actual es lo más parecida a la expectativa marcada para la condición física, mental y social; cuánto más cerca se esté de la forma ideal de vida, más alta será la calidad de vida percibida, es el individuo quien define cuáles son los criterios que marcarán su calidad de vida, por ello tan relevante la participación del usuario.
La participación dentro de un centro no se circunscribe a hacer o dejar de hacer las actividades marcadas, es poder decidir cuáles serán las actividades a realizar. Ejemplo, la dieta. En centros de cuidados suele haber dos opciones a elegir de primer plato y dos a elegir de segundo, pero no se consulta al usuario que platos le gustaría que se incorporasen a la oferta o cuales deberían descartarse.
Actividades lúdicas como excursiones, talleres de manualidades, bingo o cine las predeterminada el centro, por lo que la capacidad de participación del residente es acudir o no acudir. La participación mejora cuando los mayores proponen dónde realizar excursiones, que tipo de cine proyectar o que manualidades realizar. Igual deben tener facultad de proponer ideas que se salgan de la cotidianidad o de suprimir actividades que no son de interés. Una clave para aproximar la vida del centro a la calidad de vida percibida por el mayor es crear grupos heterogéneos de usuarios que se reúnan y analicen la situación para realizar propuestas de cambio y mejora (horarios, menús, eliminación de malos hábitos implantados en la cultura del centro, potenciar los puntos fuertes)
Es de interés crear otro grupo de participación con usuarios, familiares y trabajadores de atención y de gerencia. Es un paso que provoca temor en la institución por miedo a perder poder o dar oportunidad a expectativas fuera de logro, sin embargo, usuarios y familiares sugieren y aportan ideas, y el centro establece límite entre aumento de calidad, estructura, presupuesto o cualquier variable, y equilibrar necesidades y recursos. Si se crean mecanismos adecuados se pasará de un modelo donde los profesionales deciden el tipo de vida del usuario, a uno donde el usuario es el que marca la labor y conseguir que su modo de vida sea lo más parecido a su expectativa. Es equilibrar la dirección volcada a la satisfacción del cliente.
Trabajar con personas frágiles impulsa actitud paternalista e inconscientemente tomamos decisiones sin preguntarles si lo que hacemos es correcto. Creemos que está bien porque les llevamos de excursión, pero ¿es lo que quieren? ¿Los horarios de esas actividades son apropiados? ¿Preferirían hacer otras cosas?
Para fomentar la participación de la población residente en un centro de mayores debe flexibilizarse la estructura. Los centros se guían por protocolos rígidos, horarios muy estrictos, donde la rutina lleva a actuar como autómatas. Un argumento para esto es tener normas, caso contrario reinaría el caos. Si analizamos, vemos que mantener lindes marcados ayuda a los profesionales pues fija su zona de confort. Si las ideas de los grupos de participación mueven esas líneas estamos en terreno desconocido, lo que lleva a perpetuar un modelo donde nuestro control se antepone a la participación del residente. Se debe asumir un modelo de atención centrado en la persona, que se adapte a las necesidades de los usuarios y desterrar el modelo obsoleto donde se pretende que las necesidades de los usuarios se adapten a la estructura con excusa de la organización y la convivencia.
Esta participación será activa en las esferas biopsicosociales y se debe reflejar en la vida diaria. Las necesidades de la población y los recursos en equilibrio ofrecen atención personalizada, facilitando al usuario ser sujeto activo de su cuidado y de su vida en la residencia. Atención centrada en la persona y calidad de vida convergen en comprender la atención gerontológica: el envejecimiento activo.