No cabe duda que las leyes son hechas para que no todo mundo las acate, y en ese sentido, quienes las hacen tienen ventajas: los procesos electorales tienen ventajas para los partidos políticos que buscan, principalmente, una equidad informativa y de formación ciudadana, a grado tal que las leyes nos obligan a escuchar terribles y malos anuncios publicitarios, llenos de mentiras, demagogia y de nombres de personas que nunca antes habíamos escuchado, pero que inclusive se presentan con nosotros como si fuéramos viejos conocidos.

La desfachatez política no tiene límites, aunque para algunos de nosotros sigue siendo un secreto el quien permite que tengan nuestros teléfonos o direcciones electrónicas y abusen enviando basura informativa, porque poco, muy poco de lo que dicen ahí es lo que creemos por lo que hemos experimentado.

Nos llenan de frases que tenemos lustros escuchando: hoy, los candidatos s diputados locales han prometido prácticamente todos que habrá agua en Victoria, y seguramente, gana quien gane, en agosto o septiembre tendremos la misms o peor escasez del vital líquido, porque la solución no está en un proceso electoral, sino en castigar a esos malos políticos que nos robaron la posibilidad de tener agua, dejando de construir un acueducto que estaba programado hace treinta años, y que por la voracidad con que se manejaron no fue posible siquiera pensar.

Aunque lo curioso de todo es que no hay procesos abiertos contra esta banda de ladrones y mentirosos. Lo que sí sabemos es que Victoria sigue sin agua y todos padecemos este problema que nos prometen será solucionado, y pasan las administraciones y las legislaturas, y nosotros, igual: sin agua y enojados.

Pero los que contienden por diversas fuerzas políticas tienen ingenio y nos llenan de boletines y las fotografías que nunca faltan: ya nos endilgaron la foto del candidato o candidata con la viejita, con los niños pobres, con los marginados, pero no hemos visto una propuesta o una exigencia a la autoridad municipal, estatal o federal, para que mejore nuestra condición y calidad de vida.

Finalmente, merecemos mejores servicios por tanto ag8ante hacia la carencia de servicios.

Y realmente, l forma en que ganará alguien cada uno de los distritos será en como convenza, en que se de a conocer y haga que creamos en el o ella, y que nos muestren si realmente serán un factor de cambio o seguirá sucediendo lo mismo de todos los trienios.

Así, leemos boletines de todos y propuestas muy similares que, finalmente, representan nuestras necesidades. Todos los candidatos deben estar conscientes de que a todos en Vi9ctoria nos falta agua, y que el problema tiene dos vertientes: la forma en que el sexenio anterior dejó de hacer obras necesarias del acueducto, y el hecho de que casi la mitad del agua que llega se desperdicia por fugas. Y ahí debían de ponerse de acuerdo los tres niveles y hacer soluciones definitivas, procurando arreglar la red de tuberías viejas y obsoletas: dejando a un lado las fugas e invirtiendo en donde deben.

Estamos seguros de que cualquiera administración que solucionara este problema y el de la seguridad tendría la aprobación prácticamente total de los que padecemos para bañarnos o para salir seguros a cualquier parte.

La educación, el agua, la salud y las obras y servicios son determinantes, y uno de los candidatos logrará sacar el mejor y mayor provecho. La contra: los conocemos y sabemos que son palabrerías, promesas al aire, mentiras más y más.

Hoy tienen los candidatos una oportunidad: sean honestos, hablen de frente y sinceramente, procuren cumplir, que sería la mejor campaña electoral que pudieran hacer y la que mejores dividendos les dejaría a ellos y sus partidos políticos.

Y finalmente, tendríamos el enorme beneficio que merecemos, que demandamos y que exigimos diariamente.

 

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