Que árido parece el camino del bienestar, así como el calor evapora el rocío de la madrugada apenas despierta el día, así se está evaporando la economía de los mexicanos; todos los días nos encontramos con aumento en los precios de los productos básicos, otros productos y servicios necesarios para complementar el beneficio que esperamos obtener, ya sea en aspectos de nutrición, de servicios de salud, y mantenimiento de un entorno seguro; todo podría explicarse, por un lado, por la ley de la oferta y la demanda; por otro, por la posibilidad de que exista un incremento de la cantidad de dinero circulante, incluso, pareciera que en momentos, se asoma el fenómeno de la inflación, pues cada vez es menor el número de cosas que se pueden comprar con la misma cantidad de dinero.

Qué árido se antoja el camino de la estabilidad social, cuando una clase media se encuentra cada vez mas presionada para rendir frutos que puedan seguir dando el soporte a una economía que se antoja ficticiamente estable. Recordemos que según datos obtenidos del informe de Perspectiva Económica Latinoamericana en el 2019, en México el 33.6% de la población vive en condición de pobreza, el 42.8% lo conforma una clase media en condiciones de vulnerabilidad, misma, que podría a corto plazo pasar a formar parte del estrato de pobreza. Cada vez se ve más lejana la esperanza de la clase media de poder subir un escalón de suficiencia, que refleje la efectividad del compromiso de gobierno para hacer cumplir con los derechos  ciudadanos reflejados en la Constitución Política del los Estados Unidos Mexicanos, mas, se entiende, que la prioridad ha sido siempre que el bienestar pretendido, fortalezca la economía de los ciudadanos que se encuentran en el mencionado 33.6 %, pero sin arrastrar a la clase media al estrato de pobreza.

 

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