El lunes 30 de agosto del presente, llego la fecha esperada del inicio de un nuevo ciclo escolar, algunos lo hicieron de manera presencial y otros continúan de manera virtual y a pesar de las voces tanto a favor como en contra, siendo las contrarias las que más sonaron, puntualizaré lo bueno de todo lo que se ha criticado por esta decisión presidencial, decisión que fue apoyada por todas las entidades federativas y por nuestro Sindicato.
¿Qué es lo que yo veo? En marzo de 2020 un gobierno de la República respaldado por gobiernos estatales, que decidieron a través de la Secretaria de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud ante el aumento de contagios, adelantar las vacaciones de Semana Santa para de algún modo tratar de disminuir los contagios, en ese entonces poco se sabía del COVID-19 comparado a toda la información que hoy tenemos. El plan: regresar a finales de abril de 2020. En ese momento tanto la medida de adelantar vacaciones con la esperanza de que al concluir las mismas estuvieran las condiciones idóneas fueron consideradas muy buenas decisiones.
Lamentablemente no se pudo y los contagios, a pesar de tener las escuelas cerradas y por ende menos movilidad, continuaron en aumento. Nueva decisión del Gobierno Federal: continuar con las clases a distancia. Todos estuvimos de acuerdo, el pico de contagios cada vez era mas y mas elevado, el miedo imperaba en todos lados. Pero, ¿y las clases? El gobierno federal pasó lo mismo que otros países: la incertidumbre de encontrar la fórmula para poder llegar a los alumnos que no contaran con internet para seguir sus clases y en México se realiza un convenio con las televisoras privadas para tene el programa educativo “Aprende en casa”. Millones de pesos invertidos para poder llegar a la mayor cantidad de hogares del país. Por supuesto no se iba a lograr en todos los hogares. No estuvieron de acuerdo los reaccionarios que criticaron este programa, pero tampoco daban propuestas acordes al contexto de nuestro país. Los maestros nos mantuvimos expectantes porque también nosotros no sabíamos bien cómo hacerle, pero como siempre sacamos el trabajo adelante. Hasta aquí el sindicato no había sido criticado por apoyar al presidente desde que se decidió laborar desde casa y cerrar las escuelas.
Se concluyó anticipadamente el ciclo escolar 2019-2020 en Junio y no en Julio como lo marcaba el calendario, por ser lo más conveniente. En este punto igual que las otras decisiones del presidente en cuanto a las clases y la pandemia, todos estuvieron de acuerdo con el presidente y con el sindicato. Iniciamos el ciclo escolar 2020-2021 a distancia por continuar la pandemia y no haber vacunas, aunque a nivel mundial ya se estaba experimentando para tener una vacuna. Todos respaldaron esta decisión del gobierno federal apoyada por el SNTE.
Hasta ese momento, el reproche hacia el SNTE fue no gestionar exitosamente la puesta en marcha de los fideicomisos de apoyo en tecnología. Eso hubiera sido de muchísima ayuda para directivos, docentes y administrativos que tuvieron que poner su propia herramienta de trabajo para realizar sus clases. El apoyo en este sentido nunca llegó. El empleado tuvo que ver como le hacia para cumplir con su trabajo. Solo en México y en el magisterio pasa eso.
Cuando por fin se produjeron a nivel mundial diversas vacunas de uso de emergencia, el gobierno federal comenzó la adquisición de las mismas, realizando diversos convenios con las farmacéuticas y con gobiernos de América para apoyarse mutuamente y no sólo comprar, sino cooperar siendo distribuidores de algunas marcas. El gobierno diseñó un plan de vacunación de acuerdo a los datos que a nivel mundial se tenían sobre las personas más propensas a contagiarse, y así se decidió empezar por los adultos mayores y así de acuerdo a la edad. Ahí fue cuando comenzó el SNTE solicitar considerar a los maestros un grupo prioritario en vacunación. No vimos la luz hasta el mes de abril de 2021, cuando por fin se anuncia que los trabajadores de la educación serían grupo prioritario para recibir la tan anhelada vacuna, aún por encima de millones de personas en el país y comenzamos a recibir nuestra vacuna contra el COVID-19. Increíblemente ahí comenzaron las críticas: por la marca de la vacuna, que ya para qué si ya iba a concluir el ciclo 2020-2021 y para qué volver unos cuantos días a clases presenciales, etc. Llegamos a este punto donde ya vacunados (aunque no exentos de contagios como a cualquier persona en el mundo con cualquier otra vacuna), se decide ya regresar de manera gradual y ordenada a clases presenciales para el ciclo 2021-2022.
También, de manera increíble muchos se molestaron porque ya volvemos a las aulas (por sus motivos muy válidos) tachan de vendido al SNTE y de un plumazo se olvidaron de todo lo que anteriormente se hizo para cuidarnos y seguir laborando y cobrando puntualmente cada quincena, claro, porque todos seguimos trabajando desde casa e incluso tuvimos mas trabajo que de manera presencial. No seamos de memoria corta. Entre el SNTE y el PRESIDENTE y por supuesto nuestro trabajo a distancia, aquí seguimos afortunadamente, con un sustento seguro para nuestras familias.
Reyna Campuzano Salinas, secretaria delegacional del SNTE, vocera del Movimiento Magisterial de Tamaulipas (SNTE-MMT). Twitter: @RCampuzano. Facebook: Reyna Campuzano Salinas.