El carnaval electoral del que somos una audiencia ciudadana curiosa, es la oportunidad en que los políticos se enmascaran de mejores personas, se ponen atuendos y coronas étnicas, ostentan bastones de mando; de pronto, se vuelven los más solidarios con los pobres, niños y ancianos; se identifican con las personas con discapacidad, migrantes, madres buscadoras de víctimas; y se unen de última hora a los movimientos que claman persistentemente por la justicia verdadera, en fin… es tiempo de políticos que simulan lo que no son en la vida real.

También hay carnavaleros embozados, que solo se dejan ver de manera virtual y desde el extranjero, porque son verdaderos pillos, depredadores de los presupuestos, estos son los que ahora levantan la voz de alarma, señalando con su índice acusadora  sus adversarios, acusándolos de lo que en realidad ellos son; estos obscuros personajes están tratando de confundir a la población, no se dan cuenta, de que el pueblo ha tomado conciencia, la gente ya sabe quiénes son los que verdaderamente han sometido a los pueblos para amasar un inmenso patrimonio de papel, que por instinto de conservación no gozan, porque quieren hacerse las víctimas, no se atreven a reconocer su patrimonio y pertenencias mal habidas, mejor lo esconden en cuevas en las Bahamas como botín de piratas, convertidas en lavanderías.

Así la política, en su momento carnavalesco de su edición estelar, 2024, ya se han bendecido, con candelas y tamales, a los personajes que habrán de representar a cada bando, como quien está preparando la siembra electoral, en la contienda política más grande de la historia de México.

Se disputan 629 cargos federales de elección popular: la presidencia de la república, 128 senadores y 500 diputados; simultáneamente tendremos elecciones locales, en las cuales, el electorado decidirá el destino de más de 19,000 cargos de representación, desde las 9 gobernaturas, las legislaturas estatales, 2,475 cabildos y sus presidentes municipales.

Los personajes políticos tratarán después del carnaval, durante febrero y parte de marzo, de penar y velar por las “intercampañas” retomando sus puestos y posiciones, los foros informales, aunque se resisten a volverse tan humildes como el polvo que pisarán en territorio.

La comunidad política se estará preparando, con la esperanza de llegar purificados y depurados a la gran apertura de abril, con sus grandes desembolsos, invocarán a la gloria y a la historia para legitimar su propuesta, andarán por una agenda saturada de giras, eventos, foros, fiestas, comilonas, miles de selfies y spots, se escribirán decenas de miles de posts y memes en las redes del entramado social que proporcionan las plataformas digitales globales.

En esta campaña, experimentaremos la máxima intensidad de la disputa política virtual por la internet, que tiene atrapados en sus redes a los electores cautivos, a los del “voto duro”; y a todos nos queda claro que en esta campaña se tratará de sorprender, seducir y cultivar la simpatía de los indecisos, quienes, paradójicamente, al final de la jornada decidirán, inconsciente e involuntariamente, los destinatarios de los poderes ejecutivos y legislativos de la nación y por tanto de la historia que está por escribirse hacia el final de la tercera década del siglo 21.

La pregunta del día es ¿hasta dónde llevarán sus malas intenciones las mafias políticas unidas por el corazón cruzado por la fuerza? Ya que han emprendido una intercampaña, dedicada a sembrar el miedo y el terror, confundiendo el carnaval con la noche de brujas.

Los frentistas, se están enfocando a magnificar las heridas de la violencia por donde sangra la nación, desde la declaración de una guerra para legitimar la usurpación del 2006; los de la X quieren reflejar la atrocidad y crueldad de la delincuencia organizada, para motivar el terror en el pueblo, para amedrentar a los indecisos y sus candidatos se disfrazan de super héroes, salvadores o protectores… aunque la mayoría ya sabe que son los verdaderos lobos con cuernos, enfundados y enmascarados de corderos.

No obstante, la distorsión, las noticias falsas de la actual narrativa electorera, la gran mayoría de los mexicanos  nos ha quedado muy claro, que el PRI y el PAN, aunque en el pasado hayan parecido diferentes, incluso antagónicos, en realidad eran y son los mismos, una minoría elitista que detenta el poder económico y que tiene mucha influencia en el poder judicial, una minoría que enfrentará a un pueblo unido por un gran líder y un electorado cada vez más consciente y participativo en favor de un proyecto alterno de nación, más próspero y justo.

Tras las bambalinas del circo de las campañas, las fieras y payasos volverán a sus jaulas, el carnaval político cerrará el telón, revelando la falsedad de la mayoría de los actores políticos.

A todos nos queda claro, que los pseudo liderazgos partidistas del frente del corazón crucificado, no es más fuerte que la hipócrita unión de conveniencia de “los factores de poder”, que sin escrúpulos, sin principios, han mostrado al desnudo su desmedida ambición de poder y  fortuna, aunque en este carnaval han pretendido confundirse, disfrazarse de algo que no son, intercambiado las fórmulas, las parejas y aliados tradicionales, el PAN le será infiel a sus raíces de hace más de 70 años, para enredarse sin pudor, pero con el consentimiento de los neo panistas, con el vetusto PRI, tratando de proyectar el ardid de que juntos, sumando sus cuentas alegres, serán invencibles.

Por su lado, el PRI, sin vergüenza, ni conciencia de su origen nacionalista y revolucionario, se rinde pragmática y cobardemente ante el liderazgo más enano e inmoral que jamás haya tenido el partido histórico de los Gómez Morin, Ernesto Ruffo, Carmen Bolado, Clouthier, Luis H. Álvarez, convertido en un mal chiste de lo que ambicionaron sus ideólogos y héroes de la democracia cristiana.

El final de este matrimonio de conveniencia sellado ante su analfabetismo ideológico por una X, estará firmando su destino Titánico, en las procelosas corrientes del mar territorial de la cuarta transformación de la que emergen las nuevas lunas eclipsadas, iluminando en el firmamento mexicano el Plan C de Claudia y sus aliados históricos.